Semanas después del tsunami que golpeó Asia el 26 de diciembre de 2004, se han confirmado más de 230.000 personas muertas, unos 2 millones necesitarán ayuda humanitaria, y unos 5 millones se han quedado sin hogar. La gravedad del seísmo (de magnitud 9,0) que ocasionó las olas gigantes, en términos humanos, es evidente. Pero, ¿cómo ha afectado éste a la propia Tierra?...
El terremoto, con epicentro a unos 320 km al oeste de Medan, frente a la costa occidental de la isla de Sumatra, en Indonesia, desplazó súbitamente cientos de kilómetros cúbicos de agua. El movimiento causó una serie de olas concéntricas que agravaron su potencia a medida que se acercaban a las costas y la profundidad marina se reducía. Los países más afectados son Indonesia, Sri Lanka, la India y Tailandia, pero lugares tan alejados como Kenia y Tanzania, en África, también han sufrido pérdidas humanas y materiales.
Una estimación preliminar indica que la ruptura tectónica que causó el terremoto tuvo una longitud máxima de 1.200 a 1.300 km, si bien la mayor parte del deslizamiento se concentró en los 400 km situados más al sur. El desplazamiento habría sido de unos 20 metros. La energía liberada fue equivalente a 475 megatones (unas 23.000 bombas de Hiroshima).
Según Richard Gross, del Jet Propulsion Laboratory, el terremoto habría afectado muy ligeramente a la rotación de la Tierra, reduciendo la longitud del día en 2,676 microsegundos. Teniendo en cuenta que dicha longitud puede ser medida con una precisión de unos 20 microsegundos, podemos decir que el cambio es demasiado pequeño para ser observado.
Los sismólogos indican también que en la zona afectada se produjo un terremoto de magnitud 7,9 en el año 2000, otro de 8,4 en 1797, de 8,5 en 1861 y de 8,7 en 1833. En estos tres últimos casos se produjeron tsunamis que causaron víctimas.
Ya tienes una nueva oportunidas para ver una "lluvia de estrellas" si te perdiste en su momento las Perseidas.
En este caso tenemos las oportunidad de ver las Leónidas, se trata de una lluvia de meteoros que se produce cada año entre el 15 y el 21 de noviembre. Tiene su origen en el polvo que ha dejado el cometa Tempel-Tuttle a lo largo de los milenios, el cual acaba por desintegrarse al entrar en contacto con la atmósfera de la Tierra cuando esta cruza su órbita. Cada 33 años, las Leónidas muestran un pico de actividad, y se espera que en 2009 podamos ver caer más de 500 meteoritos por hora.
Las horas comprendidas entre la noche y el amanecer del 17/18 de noviembre serán las más interesantes. Además, la Luna Nueva del 16 de Noviembre propicia cielos perfectamente oscuros, algo que siempre ayuda en estas observaciones. El color de estos meteoros será rojizo, y con frecuencia dejarán tras sí una estela de color verde que podrá verse durante unos pocos segundos. Las Leónidas proporcionan un espectáculo digno de ver, y el de este año promete ser especial. Si vives en una ciudad muy iluminada, en el que la contaminación lumínica no te deje ver ni un ápice del cielo nocturno, ya puedes ir haciendo planes para acampar lejos de ella, o ir a visitar a los abuelos en el pueblo y disfrutar de las Leónidas más espectaculares del siglo.
¿Dónde mirar?
A la constelación de Leo, de ahí su nombre, ya que los meteoros parecen provenir de ésta y la posición dónde puede localizarla dependerá de tu situación geográfica obviamente.
Imagen: Robert M. Sandy.
Orbita Tempel Tuttle.
La órbita del chorro de Leónidas se muestra como una elipse roja. Esta órbita se extiende hasta la órbita del planeta Urano y las partículas, al igual que el cometa, toman alrededor de 33 años en hacer una vuelta completa alrededor del sol. El chorro fue producido por el cometa Tempel Tuttle.
El ciclo de 33 años se debe a que cada esa cantidad de pasadas, la Tierra atraviesa la órbita del cometa en un sitio en que este se encontraba en su perihelio. Desde el primer registro obtenido en el año 902, las fechas anuales han ido avanzando lentamente. Hace 1000 años las Leónidas tenían su máximo el 12 de octubre; en 1202, se habían "corrido" al 19 de octubre; en 1799 se producía en la noche del 11 al 12 de noviembre. Y, en la actualidad, pueden observarse estelas desde el 15 hasta el 21 de noviembre, alcanzando un máximo de intensidad el 18 de noviembre. Los astrónomos del Instituto Tecnológico de California (Caltech) y la NASA ya han anunciado que este año se espera que el espectáculo de las Leónidas sea uno de los más importantes del siglo. En parte, el pronóstico se debe a que el año anterior se produjo un significativo aumento en el número de estrellas fugaces Leónidas, que quebró una sucesión de varios años de lluvias poco espectaculares.
"La noche del 17 de noviembre de 2009 esperamos que las Leónidas produzcan más de 500 meteoros por hora", dice Bill Cooke de la NASA. "Será un despliegue muy intenso", asegura. La Tierra atravesará los desechos polvorientos que el cometa arrojó hace más de quinientos años, en 1466. El año pasado nadie esperaba que esta órbita tan antigua produjera una tormenta tan fuerte, pero lo hizo. Los modelos informáticos, como el elaborado por Jeremie Vaubaillon de Caltech, prevén para este año un número aun mayor de impactos. "Tengo un programa de ordenador que calcula las órbitas de los desechos que originan las Leonidas", explica. "Hace un buen trabajo, incluso prevé encuentros con muy antiguas corrientes de desechos como la de 1466". Según el experto, el 17 de noviembre de 2009, la Tierra pasará a través del flujo de 1466, pero esta vez más cerca del centro. Basándose en el número de meteoros observados en 2008, Vaubaillon estima que como mínimo deberíamos poder ver "unas 500 o más Leónidas por hora durante unas pocas horas pico, centradas en las 21 horas 43 minutos tiempo universal."
La lluvia de meteoros Leónidas de este año alcanza su punto máximo el martes 17 de noviembre. Si los pronosticadores están en lo cierto, la lluvia debería producir un leve pero bonito rocío de meteoros sobre América del Norte, al cual le seguirá un despliegue más intenso en Asia. Habrá luna nueva, lo que hará propicio el escenario para lo que podría ser la mejor lluvia de Leónidas que se haya producido en años.
"Pronosticamos de 20 a 30 meteoros por hora sobre las Américas y de 200 a 300 por hora en Asia", comenta Bill Cooke, de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides, de la NASA (Meteoroid Environment Office, en idioma inglés). "Nuestro pronóstico concuerda con el trabajo teórico independiente llevado a cabo por otros astrónomos".1
Derecha: Un meteoro Leónida al amanecer, fotografiado en el año 2002 por Simon Filiatrault, de Quebec, Canadá. [Imagen ampliada]
Las Leónidas son trozos de polvo dejado por el cometa Tempel-Tuttle. Cada 33 años, el cometa visita el sistema solar interno y deja a su paso una corriente de residuos polvorosos. Muchas de estas corrientes se han desplazado a través de la porción de la órbita que la Tierra atraviesa en el mes de noviembre. Cada vez que chocamos con una, los meteoros salen volando de la constelación de Leo.
"Podemos predecir con bastante precisión cuándo la Tierra atravesará una corriente de polvo", dice Cooke. "Sin embargo, la intensidad del evento es menos cierta porque no sabemos cuánto polvo hay en cada corriente". ¡Advertencia para el observador!
El 17 de noviembre, la primera corriente tendrá lugar alrededor de las 09:00, hora universal o UT, en idioma inglés (4 a.m., hora oficial del Este o EST, en idioma inglés, 1 a.m., hora estándar del Pacífico o PST, en idioma inglés). El polvo es una difusa mezcla de partículas que provienen de diversas corrientes antiguas, las cuales deberían producir un evento importante, con dos a tres docenas de meteoros por hora en América del Norte. Para poder apreciar el espectáculo en plena magnitud se recomienda observar en cielos oscuros.
"Una característica para destacar de la lluvia que tendrá lugar este año es que parecerá que las Leónidas salen casi directamente del planeta Marte", hace notar Cooke.
Es sólo una coincidencia. Es que este año, Marte atraviesa el radiante de las Leónidas en el momento en el cual se produce la lluvia. El Planeta Rojo es prácticamente dos veces más brillante que una estrella de primera magnitud, de manera que se convierte en un compañero llamativo para las Leónidas: Mapa del cielo.
La próxima corriente se producirá entre las 21:00 y las 22:00, hora universal o UT (en idioma inglés), justo antes del amanecer en Indonesia y en China. A esa hora, la Tierra atravesará un par de corrientes que dejó el cometa Tempel-Tuttle en 1466 y en 1533 antes de Cristo. Este evento doble podría producir hasta 300 Leónidas por hora.
Arriba: Este lado de la Tierra quedará enfrentado a la corriente de polvo de las Leónidas cuando tenga lugar la lluvia de meteoros, el 17 de noviembre. Los observadores de India, China e Indonesia se verán favorecidos por la oscuridad, porque allí el evento se producirá antes del amanecer. Crédito de la imagen: Danielle Moser, de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides, de la NASA.
"Incluso si se produjera la mitad de esa cantidad de meteoros, esta lluvia continuaría siendo una de las mejores del año", comenta Cooke.
Las Leónidas son famosas por la cantidad de meteoros que pudieron observarse más recientemente, en 1999-2002, cuando las corrientes de polvo del cometa atravesaron el cielo ocasionando más de 1.000 meteoros por hora. La lluvia de Leónidas de 2009 no será como esa, pero que solamente una Leónida brillante pase por Marte hará que la noche valga la pena.
Los clones de ratones congelados por 16 años
Científicos japoneses anunciaron que crearon clones a partir de un ratón muerto y congelado desde hace 16 años, abriendo así camino a investigaciones sobre mamíferos ya extinguidos como los mamut. Científicos del instituto público de investigación Riken utilizaron la célula congelada de un ratón, que había sido preservado a 20 grados Celsius bajo cero.
Los científicos, cuyos resultados fueron publicados en los Anales de la Academia Nacional estadounidense de las Ciencias (PNAS), esperan que el experimento, el primero de este tipo, abra la vía para clonar a animales extinguidos.
Los científicos extrajeron el núcleo de células del tejido cerebral del ratón muerto, y lo inyectaron en una célula carente de núcleo, extraída de un ratón vivo. Los embriones así creados fueron luego empleados para generar células madre embrionarias. A partir de ellas, los investigadores han producido doce ratones clonados que se encuentran en buen estado de salud.
"Las técnicas de traspaso de núcleos de células, desarrolladas últimamente, han mejorado ostensiblemente la posibilidad de revivir animales extinguidos", dijo en un comunicado el equipo de investigadores, dirigido por Teruhiko Wakayama.
Los autores del estudio dicen que el núcleo extraído de otros órganos congelados podrían utilizarse también para producir embriones viables, pero con una tasa de éxito mucho menor que si se emplean núcleos procedentes de células cerebrales.
Previamente, las células extraídas de cuerpos muertos habían resultado inútiles para la clonación, al verse deterioradas durante el período de congelación. Sin embargo, el equipo de Wakayama descubrió la manera de extraer un núcleo intacto de una célula congelada, fragmentando tejidos celulares en varios trozos.
Los investigadores dicen que aún quedan muchas dificultades por delante para revivir animales extintos. Para clonar un mamut, por ejemplo, los investigadores tendrían que encontrar la manera de implantar el núcleo de una célula de mamut en una célula de elefante, y luego implantar el embrión resultante en el útero de un elefante, el pariente "moderno" más cercano al mamut.
Akira Iritani, de la Universidad Kinki de Osaka (Japón), dijo que la clonación de un mamut es sólo una cuestión de tiempo. "Tengo muchas esperanzas de que seamos capaces de encontrar un ejemplar adecuado", dijo a la emisora japonesa NHK. "Se dice que hay más de 10.000 mamut enterrados en Siberia", añadió.
Este proceso permitiría crear células madre embrionarias de especies extintas, lo que favorecería la investigación sobre la evolución y la zoología, dijo la experta.
Los astrónomos diseñaron la legendaria ciudad de Petra
Los principales monumentos de Petra, la legendaria ciudad de los nabateos en Jordania, están orientados hacia el solsticio y hacia Canopo, la estrella que guiaba a las caravanas por la Península Arábiga, al igual que sucede con la Kaaba, en La Meca, según el astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Juan Antonio Belmonte.El investigador explica en una entrevista con Efe que, tras realizar trabajos de campo en la ciudad nabatea, considera a Petra "como un maravilloso taller para los estudios arqueoastronómicos y arqueotopográficos". Belmonte midió los principales monumentos de la ciudad -El Tesoro, el Monasterio y las tumbas reales, entre otros- y tras analizar los datos halló, para su sorpresa, que la astronomía y la topografía "sagrada" eran muy importantes para orientar las tumbas y los templos.
Los nabateos eran una tribu árabe que habitó el sudeste de Palestina y Siria, frontera con el mundo helénico, dos siglos antes de Cristo, y cuyo reino se extendía desde el Mar Rojo hasta Damasco y desde Gaza hasta los desiertos de Arabia central.
Juan Antonio Belmonte ha desarrollado la hipótesis de que las principales deidades nabateas, Dushara, Al Lat, Al Uzza y Al Kutba, eran las manifestaciones de la Luna, el Sol y los planetas Venus y Mercurio. El astrónomo encontró "sorpresas agradables" en Petra. Una de ellas estaba en uno de los monumentos más famosos, El Monasterio, que está orientado a la puesta de Sol en el solsticio de invierno, un momento clave del ciclo anual.
El Monasterio, excavado en roca en lo alto de una montaña, podría haber estado dedicado al rey Obodas o al dios Dushara, un dios lunar al que también se asociaba con el Sol. El solsticio de invierno también se relacionaba con el nacimiento de la divinidad.
Desde el otro gran monumento de Petra, El Tesoro, que encontraban las caravanas al final del desfiladero, es visible una porción de cielo y también está orientado hacia el solsticio. Belmonte quiere verificar si además, a través de una pequeña ventana situada sobre la puerta principal del Tesoro, a unos 10 metros de altura, pueden entrar los rayos del Sol en el solsticio de verano.
Pero el investigador halló, además, un dato "sugerente" sobre el emplazamiento de estos monumentos al descubrir que tienen la misma orientación astronómica que la Kaaba antes de que fuera islamizada y convertida en el centro principal de peregrinación de los musulmanes. En esa época, era un santuario pagano en el que se creía que había unos 360 ídolos, destruidos por el profeta Mahoma tras la conquista la Meca.
"La Kaaba muestra los mismos alineamientos que Petra, ya que los nabateos al fin y al cabo eran una tribu árabe, y refuerza lo que los textos mencionan sobre otros monumentos pre-islámicos", detalla Belmonte. También otro templo principal, el de los Leones Alados, dedicado posiblemente a la diosa Al Uzza, está orientado hacia Canopo, la segunda estrella más brillante del cielo que, al marcar el Sur con relativa precisión, era utilizada por las caravanas para orientarse desde Petra hacia La Meca y desde allí hacia los países del incienso y su destino final, Saba.
Otro dato "curioso" es que los dos grandes obeliscos de más de seis metros, excavados en la montaña en una muestra de la habilidad de los escultores nabateos, están orientados Este-Oeste de manera que al amanecer y al atardecer, y en el equinoccio, ambos están perfectamente alineados y su sombra "se toca, lo que seguramente implicaba algo en la mente de sus constructores".
De hecho, Belmonte explica que los obeliscos están construidos en una época en la que los calendarios se organizaban por el equinoccio, que marcaba el principio de la cuenta de los meses. Además, el astrónomo constató que algunas de las impresionantes tumbas reales, que acogían los restos de los monarcas nabateos, están orientadas hacia la montaña conocida como "La madre de las cisternas", pues en su cumbre estaba la principal fuente de aprovisionamiento de agua de sus habitantes.
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