Discencia Noosferica

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Noologia de Holopraxis

domingo, 29 de agosto de 2010

El Gran Cataclismo: Año 9792 a.n.e. ....843 dias y contando.....

El Gran Cataclismo: Año 9792 a.n.e.


Esta historia increíblemente asombrosa debe ser conocida en el mundo entero, porque en el año 2012 las estrellas estarán exactamente en la misma posición que en el año en que la Atlántida desapareció.


  Panorama idéntico?

Los últimos años de Aha-Men-Ptah habían transcurrido en medio del caos,  a causa de la guerra civil. Antes de su estallido, la importación y la exportación ya se habían paralizado, porque toda la atención se había volcado en la tarea de construir mandjits, naves que no se hundían y que debían asegurar su supervivencia. Suele decirse que la historia se repite y, en verdad, hay alarmantes paralelos con nuestra situación actual. Como en aquellos días, la gente ya no" cree en la existencia de un ser sobrenatural. 
La historia que sigue, está en el libro "Le Grand Cataclysme" (El gran cataclismo) de Albert Slosman.

La historia de Osiris (Orión) comienza en el año 10.000 a.C.

L'An-Nu, el supremo sacerdote de Aha-Men-Ptah, reunió el consejo. Tenía noticias alarmantes, pues con "cálculos matemáticos de las configuraciones estelares", estaba en condiciones de calcular la fecha del fin de su mundo. Esto se apoyaba en los acontecimientos del cataclismo anterior, ocurrido en 21 de febrero de 21.312 a.C, cuando la Atlántida fue destruida en parte (la Terra giró 72 grados en el zodíaco). Su mensaje fue extremamente dolorosa e dura: "Hermanos, estamos hoy reunidos aquí para conversar de los aterradores acontecimientos que sufrirán nuestros bisnietos. Sin duda, debemos organizar un éxodo de nuestro pueblo en busca de otras regiones y esto representa un enorme esfuerzo durante mucho tiempo". Pudo oír un murmullo y luego una ola de protestos, pero el alto prelado era inexorable: "No me apoyo en las sagradas escrituras, sino en combinaciones matemáticas que se pueden comprender por cualquier que lo escoja. Todo movimiento das estrellas e os planetas se produce en harmonía, siguiendo las leyes de Dios. Lo que sabemos con seguridad es que las 'combinaciones matemáticas celestiales' tienen influencia sobre todos los organismos de la Tierra, por medio de las configuraciones que representan. Eso, por una parte. Según, los cálculos de mis predecesores y de los científicos de nuestra 'Dupla casa da vida' de Septa-Rerep establecen que una catástrofe de desconocidas proporciones nos aguarda. Durante la anterior, el Norte de nuestro país se convirtió en un enorme iceberg y se destruyeron otras partes del mundo. De esta vez, nuestro país entero desaparecerá. Re-calculé lo que nuestros científicos estimaron tantas veces con antecedencia, y lo único que podemos decir es que nuestro país desaparecerá por completo bajo las aguas. No quedará nada, e si no se toma ninguna medida no habrá nadie que pueda contar la historia de nuestra patria, porque pertenecerá al reino de los muertos".
A mayoría de los oyentes permanecía en silencio, pues todos estaban impresionados por lo que acababan de oír. Uno de los miembros de más edad interpretó la conmoción general: "! No dudo del poder de sus palabras!" Es lógico que si aceptamos este gran cataclismo como algo que sucederá con certeza, aquí debemos discutir el éxodo con calma. Pero, esto significa la construcción de centenas de millares de navíos, sin mencionar toda la comida que se necesita para millones de personas. Requiere la intervención de varias generaciones de preparativos".
L'An-Nu volvió a hablar: "La ley celestial determina la harmonía de los cielos y el movimiento matemático de la Tierra con el pasar del tempo. Sobre la base de esto, 'aquellos que saben de números', podrán determinar la fecha exacta y la ley causadora de la catástrofe. Acontecerá en 27 de julo de 9792 a.C, dentro de 208 años y será inevitable. Por lo tanto, apresúrense, honorables miembros del consejo, a tomar medidas necesarias para que dentro de dos siglos todos puedan abandonar estas tierras e iniciar una segunda patria. Las primeras señales de lo que nos aguarda ya son visibles en el horizonte, donde el Sol está más rojo en su salida. Aquí concluyo mi argumento, el Este tendrá color rojo, tan rojo como nuestro sangre, porque nuestro imperio pertenecerá a los muertos".
Esto produjo el efecto deseado. A partir de ese día, comenzaron a tomar medidas preventivas necesarias para llevar a cabo un éxodo sin problemas.

Los años transcurrieron. En 9842 a.C. nasce o primer hijo del rey Geb y de la reina Nut. Era un varón y su madre le puso el nombre de la constelación que dominaba el cielo meridional, quiere decir, Osiris u Orión. Se destinaba a convertirse en el gobernante 589° de Aha-Men-Ptah. (Posteriormente, Aha-Men-Ptah fue llamada Atlántida, por los filósofos griegos.) En 9841 a.C. nasce su hermano Set y un año más  tarde, sus hermanas gemelas Isis e Neftis. Todos amaban las dos niñas, pero Set se comportaba como un pequeño tirano. Envidiaba el éxito de sus hermanas y estaba extremamente irritado por no ser el heredero del trono. Isis gustaba de reír e frecuentemente la veía en compañía de Osiris. O rey Geb observó una estrecha relación entre los dos y decidió que se casasen. En presencia de una gran audiencia, o matrimonio fue solemnizado. Set estuvo ausente, dado que estaba furioso cuando se enteró del casamiento. En un rapto de ira, partió luego después de amenazar vengarse y cometer fratricidio.

De la unión entre Isis e Osiris nació Horus. En cuanto eso, Set se dedicó a reunir un ejército cada vez mayor. Muchos de sus rebeldes se irritaron al tener que realizar las medidas coercitivas que les infligían para el cataclismo venidero, recusándose a participar de las tareas por algo no cual ellos no creían. En esos tiempos difíciles, Osiris se convirtió en el nuevo gobernante, a los treinta y dos años de edad. Era 9805 a.C, e faltavam treze anos para a data do cataclismo. Osiris, inmediatamente tomó medidas para asegurar fidelidad dos otros estados do país. Formó un ejército que no sólo tendría que conquistar a los rebeldes, sino también proteger los puertos y los depósitos de almacenaje. Millares de botes se guardaron, luego después de darse cuenta de que muchos de  ellos se fueron e ahora servían como madeira para hacer fuego. Una profunda reorganización tuvo lugar para que se pudiese obtener una tranquila evacuación de aquellos que permaneciesen leales.

El resto de la tierra era un caos causado por Set. Hubo una increíble cantidad de material a ser utilizador-se en el éxodo que se tornó inútil, se demolió, se rompió o fue robado. Set ejerció una dictadura criminal y provocó el terror, demostrándolo cuando envió de retorno a dos embajadores del palacio, decapitados, en sus ataúdes. Su mensaje era clara: "No voy a negociar".
Sólo restaban tres anos. Horus tenía 24 años cuando su tío incorporó su sétimo estado y ordenó la inmediata destrucción de 4.000 "Mandjits". Estos navíos, a prueba de hundimientos, ¡deberían asegurar la sobrevivencia de 30.000 personas de esa provincia! Luego después de este insensato aniquilamiento, hubo un impasse por unos tres años. Un par de semanas antes del cataclismo, Set. Intensificó su ataque vigorosamente. Y la noche de 26 de julio invadió la capital, de sorpresa. Sin duda, todos estaban preocupados con el cataclismo venidero que interfería con las medidas que debían adoptarse para la defensa.

El resultado fue desastroso. Hubo saques y asesinatos; sólo el palacio real no fue tomado. Set discutió con sus capitanes la estrategia necesaria, pero decidió no atacar porque sus tropas estaban ebrias y, en este estado no se encontrarían en condiciones de conquistar as tropas de elite, que se encontraban bajo el comando de Horus. La oposición también supo que Set no tomó prisioneros y que ellos fueron a luchar con todo su vigor por sus vidas. Entonces pensó en un ardid. Envió un mensajero al palacio para ofrecer una rendición honorable, con la condición de que Osiris en persona viniese firmarla. A pesar de las advertencias de Geb, Nut e Isis, el rey decidió ir. Dejó la defensa en manos de su hijo Horus. Lo escoltaron seis hombres y un oficial. Osiris condujo hasta el lugar del encuentro, pasando por las ruinas en llamas de su capital. Antes de que pudiesen reaccionar, las lanzas penetraron los corazones y las cabezas de sus escoltas y los hombres fueron brutalmente asesinados. El rey luego que fue herido, fue conducido a una habitación donde Set, con sus oficiales comandantes, le  aguardaban con impaciencia. Convencido de su triunfo, Set miró a su hermano con arrogancia, mientras este sólo observaba con profunda tristeza. Entonces, una ira irracional lo invadió. Tomó la espada de uno de sus capitanes y la hundió en el cuerpo de su hermano; ni un sonido se escuchó de los  labios de Osiris. Luego, ordenó a sus capitanes que hiciesen lo mismo. Osiris murió sin emitir un solo quejido. Set miró a su alrededor, notó que allí había una piel de toro e arrojó el cuerpo todavía tibio sobre ella, amarrando las dos partes que la constituían. Después, ordenó a sus capitanes que lanzasen o "paquete" al mar. Os peces carnívoros y los cangrejos darían un festín con él.
En el palacio, Neftis, que tenía el don de videncia, vislumbró los trágicos acontecimientos. Logo después de comunicar a Horus, este decidió lanzar un contra-ataque. En muy poco tiempo reunió dos mil hombres, les explicó lo ocurrido y les informó  lo que se esperaba de ellos. Con sus corazones llenos de ira, comenzaron el ataque, matando instantáneamente a cada rebelde que encontraron en su camino. Logo llegaron al lugar donde asesinaron al padre de Horus. Eran espectadores de una escena apocalíptica: estaba lleno de cuerpos a los cuales les dieron muerte de una manera bestial, pero Osiris no estaba allí. Horus continuó con la retomada e luego recibió refuerzos de los habitantes y de las otras brigadas. Justo antes del atardecer, la capital fue liberada pero!completamente destruida!
En el momento en que el Sol debía elevarse en el horizonte, no sucedió nada.

Era 27 de julio de 9792 a.C. y ese sería el último día de la Atlántida. Apareció un ocaso irreal, sin sol ni cielo; una bruma rojiza, sofocante, de difusa claridad por causa de su espesura, se extendió como un manto pareciendo que no sólo absorbió todos los sonidos sino también la luz do Sol. La respiración se hizo difícil debido al profundo aroma de muerte que dominaba la atmosfera. En todo o continente, la gente comprehendió que lo inevitable estaba por desencadenarse. El instinto de sobrevivencia afligió a todos con un intenso temor do drama que estaba por venir. No hay palabras para expresar o pánico que se desató. En los anales está registrado en detalle y puede comprenderse el pandemonio descrito, al pensar en el temible panorama que las personas enfrentaron. La mañana transcurrió sin que nadie estuviese en condiciones de precisar la hora, porque o Sol permaneció invisible detrás de la sofocante neblina, que se tornó color rojo sangre
Horus comprendió que este era el fin de su país. También se dio cuenta de que si la desesperanza de su pueblo era así enorme, mucho peor resultaría con los rebeldes. Entonces, decidió aprovechar esta situación y dar un golpe definitivo à las tropas de su tío. Brevemente, explicó esto a sus comandantes, que se entusiasmaron mucho con la idea. Prometió a cuantos soldados irían a tiempo con sus familias. El asfixiante silencio de la bruma enloquecía à las tropas y, debido al olor insoportable y a este enrojecido fenómeno, casi perdieron la razón. Como consecuencia, se produjo un violento encuentro con el enemigo, algo que pareció casi un sueño, pues la imprecisa bruma aun impedía una clara visión

Entonces, la furia celestial se hizo conocer en su omnipresencia; suaves terremotos pusieron fin à la batalla. Nadie puede ganar porque todos perecieron. Muchos fueron tirados al suelo con sus cuerpos templando por causa de las siniestras oscilaciones. Esto se prolongó con igual intensidad, mientras la bruma impenetrable parecía esclarecerse.

En el palacio, Geb asumió el mando nuevamente. El monarca anterior no tenía otra alternativa, pues su hijo estaba muerto y Horus aun no hiciera su juramento. Apoyándose en las leyes reales, decidió iniciar inmediatamente el éxodo general. Deberían abandonar todo, sin ninguna esperanza de recuperarlo. Primero envió la orden al puerto para poder comenzar con las acciones y medidas planeadas e evitar, cuanto posible, el pánico. Los soldados reales estaban todos allí para facilitar la partida del pueblo que estaba a punto de huir.

En el puerto real había millares de "Mandjits", cuja característica principal era que no podían hundirse. Estaban rigorosamente protegidos y a bordo había equipos completos de sobrevivencia, como por ejemplo, vasijas de agua, tortas de cebada, cereales, etc. Se practicaba la evacuación hacia tiempo y esta funcionara sin contratiempos. En un breve lapso, centenas de millares de personas embarcaron. Por su vez, comenzó la evacuación de la familia real e dos supremos sacerdotes. Todos se dirigieron a los botes que ya fueron designados con antecedencia. Para estas personas, medidas que se tomaron hacia años, ahora estaban rindiendo sus frutos. El supremo sacerdote, con calma, impartió sus ordenes, las cuales fueron acatadas al pié de la letra. Un gran contingente de seguidores pusieron los tesoros a salvo; nadie tenía la menor idea del alcance da catástrofe, aunque todos imaginaban lo peor.

A ciento y sesenta quilómetros, los antiguos volcanes que tenían más de mil años de antigüedad se reactivaron. Con un enorme poder lanzaron rocas, tierra y polvo al aire, y la bruma volvió a tornarse espesa. Una lluvia de piedras menores e pedazos de toda índole cayeron sobre la capital y el puerto; como consecuencia de eso muchas personas fueron heridas o murieron. En el medio del pánico que sobrevino, perdieron el autocontrol e comenzaron una verdadera corrida para o porto. Todos lanzaron lo que llevaban consigo, para poder escapar más rápido. Cualquier indicio de pensamiento humano fue substituido por un puro instinto animal de sobrevivencia. Los soldados fueron atropellados por esta correría de personas. A turba saltó a los navíos de papiro que recubiertos con resina y alquitrán para impermeabilizarlos y hacerlos indestructibles. El terror causado por los horribles e inimaginables acontecimientos hizo quelas personas olvidasen toda noción de seguridad. En lugar de subir a bordo en un número no mayor a diez por navío, luchaban por subir en los primeros Mandjits a su alcance. Centenas de navíos se hundieron junto con sus pasajeros ni bien zarparon, o incluso antes de hacerlo. Millares de desafortunados murieron en el puerto, el cual ya no substituiría por mucho tiempo más.

De lejos se podía oír los volcanes otra vez, que lanzaban lava al aire. El resto de la aterrorizada población que permaneció en tierra, pereció en una corriente de fuego. Centenas de millares de litros de un infernal fuego líquido, encontraron su camino en los pueblos y en las ciudades, destruyendo y cubriendo todo a su pasaje.

En medio de este terrible curso de los acontecimientos, Neftis e Isis procuraban el cuerpo de Osiris. Neftis condujo su hermana a través de la bruma da invisibilidad. De los soldados que los acompañaban sólo quedaron tres. Dado que la "vidente" tenía grandes dificultades para concentrarse en el lugar exacto donde se encontraba o cuerpo envuelto no cuero del toro, a busca se hacía mucho más difícil. El pánico omnipresente y los millares de cadáveres complicaban su tarea. A lo que parece, eran los únicos que aun permanecían vivos en este inmenso cementerio, donde las aves, otros animales y las personas murieron. ¿Valía la pena continuar procurando, si de cualquier modo morirían?
Eso era exactamente lo que se preguntaba Set. Luego después de los primeros temblores, la parte principal de sus brigadas partió; los que rieron incrédulos ante el profetizado final de su mundo, se apresuraban a escapar de su desobediencia a las leyes de Dios, aunque para muchos ya era muy tarde. Set se dio cuenta de que esta rebelión contra las leyes celestiales había, incluso, acelerado el proceso inevitable. Quedó solo, estupefacto y sin comprender lo que fuera de su honra y su reino perdidos.

Horus dio a los hombres restantes la libertad de partir en orden e decidió quedar atrás y buscar a su tío para matarlo, en venganza por su padre. Ahora había dos hombres en el bosque, cuyas cabezas estaban abarrotadas con los trágicos acontecimientos, sabiendo ambos que uno debería matar al otro o no sobrevivir.

Una vez más, la furia celestial se desató. El tumulto en el puerto ahora estaba en su punto máximo. Centenas de millares se empujaban en la densa neblina para poder abordar alguna nave. No había soldado que pudiese cumplir con su deber con esa masa de gente que se atropellaba a camino de la muerte. Las primeras filas simplemente fueron echadas al agua. En ese momento, los rebeldes que aun restaban llegaron al puerto. Con una deshumana violencia abrieron pasaje para os botes. Todo lo que se interponía en su camino era lanzado al agua o asesinado, luego después de lo cual, los soldados formaron remolinos frente a los navíos. Pero por causa de su miedo, cometieron los mismos engaños que aquellos que los precedieron, pues sobrecargaron los botes con mucha gente. En cuestión de segundos se hundieron y los ahogados se unían à las pilas de cuerpos flotantes. Otros se dirigieron al puerto real donde se llevaba a cabo el éxodo con toda calma, pero con gran rapidez. Los rebeldes provocaron un gran derramamiento de sangre y colocaron de vuelta al mar los navíos robados. Felizmente, el supremo sacerdote y su familia, junto con otras naves que también transportaban sacerdotes, ya habían partido. Debido a la densa neblina, no les era posible ver u oír nada al respecto de este criminal episodio en el último día de su reinado.


Jeroglíficos que describen la pelea entre Horus y Seth.



Entretanto eso, los comandantes se aproximaban unos a los otros sin que se diesen cuenta. A neblina los hacía invisibles e inaudibles entre sí. Set miró a su alrededor cuando una rajada de viento rajó la neblina; entonces vio a Horus, que estaba meditando a unos veinte metros de distancia. Lleno de odio y sufrimiento, con el deseo de matar al hijo de su hermano, dio un paso al frente. Otra vez la Tierra temblaba e se expandía una temeraria sinfonía, cuya fantasmagórica imagen era pesada y siniestra. La lava volvía a correr, continuando su destructivo trabajo. Los árboles se quebraban como se sólo fuesen pequeños ramos y luego ardían en llamas. El fuego rugiente mataba todo lo que encontraba en su pasaje, tanto vegetal como animal. Nada podía escapar a eso. Un desagradable aroma acompañaba todo ese panorama. Set, que en ese momento se encontraba sólo a tres pasos de su sobrino, cayó preso de miedo; un pánico irracional se apoderó de él y ataco sin pensar. Su grito se perdió en el ruido ensordecedor del bosque envuelto en llamas, cuando su espada rozó el hombro de Horus; con otro golpe alcanzó el rostro de su sobrino. Horus colocó sus manos en el rostro y luego estas comenzaron a sangrar. Set estaba seguro de su victoria y escapó, tratando de huir de la corriente de lava que se aproximaba. Aunque Horus aun estuviese vivo, con seguridad moriría en esa corriente de fuego fantasmagórico. Unas enormes nubes ardientes provenían de la lava, la cual serpenteaba emitiendo monstruosos silbidos. Cada vez se aproximaba mas al hijo de Osiris que, solo y muy herido, quedara a merced de los cielos. Había perdido su ojo derecho y el otro estaba lleno de sangre, tenía una rodilla destruida y un hombro quebrado, pero aun estaba vivo, a despecho de no conseguir ver ni moverse. Sabía que el infierno se abatía sobre él y tenía la esperanza de que Isis y el resto de su familia pudiesen escapar a tempo. O arroyo hirviendo llegó a los árboles próximos y los destruyó en apenas unos segundos. Un profundo suspiro escapó de sus pulmones y sintió el intenso calor que en breve lo quemaría hasta convertirlo en cenizas. Entonces se produjo el milagro. Horus yacía sobre un afloramiento de granito; dado que la lava no podría pasar por allí y sólo podría rodearlo, quedaría a salvo por algún tempo.

En la costa, por fin, Neftis tuvo éxito. Divisó una pequeña bahía con una enorme higuera. Allí, en un ramo que se encontraba sobre el agua estaría colgado el cuero que guardaba el cuerpo de Osiris. Comprobó que esto era verdad. Isis suspiró con alivio, pues al final, su demora en abandonar esta tierra tuviera su recompensa. Las dos hermanas, con cuidado, tomaron el cuero y los soldados lo colocaron en uno de los pequeños Mandjits que había por allí abandonados. Al cabo de un corto intercambio de ideas, la reina ordenó a su hermana que se uniese a su familia junto con los soldados. Isis fue sola en busca de su hijo, que era el heredero legal del reino que ahora se perdiera y llegó al palacio real donde Geb y Nut se disponían a partir. Estuvieron aguardando las noticias de su hijo y neto, desesperadamente. Confrontados con a resuelta decisión de Isis de procurar a su hijo, Geb dio sus últimas órdenes. Sin más demora, Nut y los restantes jefes debían irse, siendo su lugar de destino, allí donde terminaba el parque y comenzaba el canal. Dos fuertes galeras que eran suficientemente resistentes para navegar por los mares más agitados los aguardaban. Un nuevo país necesitaría una nueva madre, señora de un nuevo cielo, la cual, en ausencia de Osiris e Horus, debía enseñar a los sobrevivientes como vivir en su segunda patria. Su nombre seria Ath-Ka-Ptah, cuyo significado literal era "Segunda Alma de Dios", lo cual luego seria cambiado fonéticamente por los griegos por Ae-Guy-Ptos (o Egipto, en castellano).

Nut, a quien no le gustara el tener que dejar a su amado, fue arrastrada por los incontrolables elementos. Una enorme explosión en el centro de la capital sacudió a los sobrevivientes, empujándolos para el caos. Geb, que había decido  acompañar a su hija,  se apoderó de varios caballos para poder conducirlo  lo más rápido posible. Así que vio todo ese daño y caos, dudaba de que Horus aun estuviese con vida. Pero Isis no quería oír hablar de abandonar a busca. Con confianza resolvió continuar, aunque no era una tarea fácil en medio de la neblina. De repente e de un nada, comenzó a aclarar y por la primera vez hubo luz en ese día. La actividad volcánica en la distancia, habiendo lanzado millares de toneladas de lava, se detuvo y un silencio sobrenatural los rodeó.  ¡Esto tendría que ayudarlos a encontrar a Horus! Pero ¿dónde buscarlo? Isis extendió sus brazos para el cielo y oró: "Oh, Ptah-Hotep, rey de los cielos, abre tus exclusas y detiene el fuego; ¡salva al hijo de tu hijo! Ordena que este día del gran cataclismo no se convierta en el día del gran luto. Oh, Ptah-Hotep, rey de la tierra, ordena que el gran arroyo abra todas sus reservas!"

Seis mil años después, esta oración está cincelada en todas las tumbas del valle de los reyes de Luxor, y también en Dendera. Y en los anales del libro The Four Times [Las cuatro veces] se lee: "La oración de Isis fue respondida y una lluvia rojiza se pulverizó sobre la tierra, como si la sangre de los muertos se esparramase sobre la tierra rasgada". Al cabo de algunas horas, la lava se enfrió y para Isis y Geb era difícil subir por ella. A reina, desesperada pela tristeza, no sabía que camino escoger en esta desolado paisaje. Como su padre, estaba completamente mojada y exhausta, y luego que podía moverse por entre las rocas endurecidas. Entonces, Isis vio el cuerpo que estaba procurando…¡y parecía moverse! Lágrimas de alegría brotaron de sus ojos. Horus pensó que estaba alucinado, pues no podía ser que su madre estuviese tan cerca. Pero una mano lo tocó y una voz amorosa le dijo: "Ya no tengas medo mi hijo, Dios me mostró el camino para llegar a ti y salvarte".

Isis, en su mano, junto un poco de agua que brotaba de la roca y lavo la sangre del ojo que Horus no tenía herido, entonces el pudo ver su madre y también lloró de alegría. Trató de levantarse, pero caería pesadamente si su abuelo no le amparase, como resultado de su rodilla destrozada. Con la ayuda de Isis, lo tomaron por los hombros y con mucho cuidado o llevaron para los caballos que aguardaban pacientemente. Allí, Geb habló con una voz que no admitía réplica alguna: "Isis, debe ir inmediatamente, Osiris escondió un Mandjit bajo un techo en el Lago Sagrado. Apresúrense los dos para llegar allí y vayan lo más rápido posible al mar abierto. Hay sólo un par de remos a bordo y les resultará fácil partir. Yo soy virtualmente un peso muerto para ir con ustedes; además, aun debo arreglar algunos asuntos en el palacio. No piensen en mí, les dijo: ¡es una orden! Sólo piensa en tu hijo. Ahora, váyanse".
"!Pero, papá!
"váyanse, ¡es una orden!

Era imposible oponerse a su decisión e Isis se fue, con su otro caballo atrás de ella. Durante la travesía habló con su hijo de forma alentadora. Ella sabía que el sufrimiento debía ser insoportable y trataba de hacerle olvidar el dolor por un momento. Llegaron al navío sin ninguna dificultad. Isis se sentó en el lugar de los remos y comenzó a remar con vigor para el estrecho, donde probablemente podría cambiar por un navío mayor y Horus podría ser cuidado por otros sobrevivientes. Luego después de haber alcanzado o canal grande y o pequeño, se produjo el primer choque sísmico verdadero. La tierra fue lanzada para los cielos, enguanto una intensa luz pulsante atravesó o cielo antes de desaparecer en las aguas, en dantescas llamas saltando. Horus no se dio cuenta de ninguna de estas convulsiones de la tierra, pues estaba inconsciente.

Durante ese día que aparentemente nunca llegaba a su fin (27 de julio)-, el destino de Aha-Men-Ptah quedó sellado. En extremo meridional del continente que se hundía, flotaban los Mandjit considerados como imposibles de hundirse y ahora llegara el momento de probar su reputación.

En el Occidente, el cielo aun brillaba con un color púrpura, por causa de los acontecimientos producidos por el cataclismo. Pero en la verdad, era el Oeste? Se avistaba  una tormenta, entretanto, ondas de varios metros de altura se abatían contra los Mandjit. El agua entraba por los huecos de las embarcaciones haciendo difícil que estas se mantuvieran derecho. Luego después de un período relativamente tranquilo, la violencia volvió a desatarse. De esta vez fue un ciclón y algunos de los navíos de papiro se hicieron añicos. En estas enormes masas de agua, los capitanes sobrevivientes de los navíos trataron de luchar contra el terror de la naturaleza. Aun no habían ultrapasado el limite do imposible. En el cielo púrpura que ahora estaba tranquilo, de repente vieron salir el Sol con movimientos abruptos y lo observaron con angustia. Se agarraron a los pescantes de los navíos para certificarse de que aun estaban a bordo. Unos minutos más tarde, o Sol volvió a desaparecer y sobrevino la noche. Para su asombro, las estrellas también adoptaron ese ritmo rápido; luego la Luna apareció y se movió con tal velocidad por el cielo que parecía que se chocaría con la flota. La noche entera sobrevino en menos de una hora. Nadie sabía lo que estaba aconteciendo, nadie podía decir si este día seria seguido por otro o no.

El horizonte se mantuvo color carmín, con una claridad sobrenatural, fantasmagórica y enigmática. Todos pensaban que su final llegó, como así también llegara el fin del mundo, por obra de titánicos terremotos. Todo se fue, excepto la bruma.

En el horizonte a calma reinaba otra vez. Una lluvia de piedras incandescentes fue lanzada a lo lejos y el mar turbulento se incendió. Enguanto caía una lluvia de fuego, los sobrevivientes se dieron cuenta de que presenciaron las últimas convulsiones de Aha-Men-Ptah. Para muchas personas era muy duro de acreditar, pues, por generaciones y generaciones, su tierra había sido el centro del mundo e ahora caía en pedazos, mesclandose con las aguas que se elevaban, abandonándoles. Los que tenían buena vista pudieron ver a través de una bruma púrpura que las últimas montañas desaparecieron bajo el agua. ¡Nada quedó! ¡Nada!

Este hundimiento elevó el nivel de las aguas. Una ola gigantesca, de doce metros de altura y varios quilómetros de ancho se aproximó, envolvente, hacia ellos, destruyendo todo por donde pasaba. Centenas de personas fueron echadas al mar pero, felizmente, muchos se ataron a los mástiles, con las cuerdas que amarraban las velas. Isis e Horus se amarraron sujetos en su navío perdido, igual a Neftis, Nut y sus compañeros. ¡Y Set también! El planeó para escapar e ahora procuraba los "Hijos de la Rebelión".

En cuanto eso, Horus comenzó a maquinar estrategias tratando de olvidar su insoportable dolor. No se salvaría permaneciendo en su navío; a fin de sobrevivir, debía escoger un lugar de destino donde pudiese desembarcar sin peligro. Se preguntaba cómo pudo suceder todo eso. Del "Maestro de las Combinaciones Matemáticas Celestiales" había aprendido que la Tierra era una esfera, igual à Luna e o Sol. La observación, seguida por minuciosos cálculos de figuras geométricas formadas pelos planetas y los cuerpos celestiales, reveló una única ley universal, la cual condujo a este grande cataclismo. Pero la Tierra continuaría existiendo, aunque destruida en su mayor parte por los acontecimientos. Esto era algo que daba esperanzas.

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Esta es una de las ilustraciones fundamentales, escritas en las paredes de los templos egipcios.
Muestra el escape de Osiris, Horus e Isis. A la izquierda está la inundación y a la derecha, los
Mandjits casi destruidos. En el medio la reina Nut. Ella los protege.

De repente, Horus se dio cuenta de que los Mandjits no se mantenían flotando. Fueron tratados con resina y esta ya estaba derritiendo por causa del calor. Luego comenzarían a tener infiltraciones y desaparecerían en las profundidades. Después de este descubrimiento, volvió a dormir y llenarse de sueños. Se preguntaba por qué los sacerdotes apuntaban la falta de creencia como la causa principal del cataclismo. ¿Acaso su Creador no sentía ninguna piedad por ellos? El tendría que comenzar todo de nuevo para poder comprenderlo. Un grito de su madre  le devolvió a la realidad. Abrió el ojo que restara, que por cierto tenia severas heridas, y a través de la bruma preguntó: "¿Hay algún problema con os Mandjits, madre?"

"No, es el día, el cual, aparentemente, está comenzando por el lado correcto".
"¿Por el lado correcto?  ¡Eso es imposible! Eso sería posible sólo si estuviésemos en la dirección equivocada".
"Por cierto que es el Este, Horus, porque hay tierra visible en el Oeste".

La nueva observación dejó Horus perplejo; ya era hora de encontrar una solución para todos estos acontecimientos apocalípticos. Un clamor angustiante provenía de todos los navíos cuando vieron este inexplicable movimiento del Sol. Todos estaban aterrorizados. Pero, el día transcurrió con el Sol del lado equivocado, sin que nada aconteciese y la paz fue restituida. Isis mudó la ropa y fue reconocida por su pueblo. Cuando estuvieron cerca, ella les habló con voz estentórea: "Hablo con todos que estuvieren dispuestos a vivir en paz con Dios, que vos creó a su imagen, entonces una segunda patria vos aguarda: Ath-Ka-Ptah. Allí, los rayos de un segundo Sol se encargarán de nuestra resurrección".
En otro navío, Neftis pensaba. En la proa se encontraba el cuerpo de su querido hermano, envuelto a salvo en el cuero de toro. De repente ella "vio" ¡una persona muerta! Algo que no tenía como explicar…


Osiris, Amo de las Dos Tierras: Aha-Men-Ptah y Ath-Ka-Ptah.


Entonces se llenó de alegría; comprehendió que un milagro se produjo. Frente a ella, Osiris apareció en el cielo estrellado. ! El que había nascido como un Dios y asociado con esta constelación, renacía en el cielo! Su Padre, para les hacer saber de su omnipresencia en toda circunstancia, ¡dio vida otra vez a su Hijo!.....Neftis no sabía por qué, pero de repente se sintió llena de confianza en sí misma.

Orión es una constelación fácil de distinguir. Las estrellas que las componen son muy brillantes. Veamos cuáles son:

  • Betelgueuse (el hombro izquierdo), es una estrella supergigante roja (aproximadamente 500 veces mayor que nuestro Sol) situada a 427 años-luz de distancia de nosotros.
  • Rígel (el talón derecho), es una estrella supergigante azul (casi 50 veces más grande que el Sol), situada a  773 años-luz de distancia.
  • Bellatrix (el hombro derecho), es una gigante azul situada a 243 años-luz.
Uno de los rasgos más distintivo de esta constelación son 3 estrellas situadas en el centro, que forman el cinturón de Orión (también se les conoce como las Tres Marías). Estos son sus nombres:

  • Alnitak "el cinto", una supergigante azul situada a 820 años-luz.
  • Alnilam "sarta de perlas", supergigante azul a 1300 años-luz.
  • Mintaka "cinturón", gigante azul a 2000 años-luz

Colgando del Cinturón de Orión se encuentra la espada, formada por la famosa Nebulosa de Orión (M42), una de las más hermosas que se pueden encontrar en el cielo.

Junto a Alnitak se encuentra otra nebulosa, Barnard 33 (también se le conoce como IC 434), conocida como la Nebulosa Cabeza de Caballo, ya que tiene una forma muy característica. Está situada a 1500 años-luz de nosotros, y tiene un radio de 3'5 años-luz.

En esta imagen podemos ver los nombres de las estrellas y nebulosas que conforman esta impresionante constelación.


El movimiento ondulatorio del zodíaco con Orión en el centro Galactico de la Tierra.



De hecho, Orion se ubica contra la línea central que atraviesa el movimiento ondulatorio del zodíaco.

Desde un punto de vista astronómico, es el "Amo del Cielo" y el "Amo del Zodíaco".
 



En el año 3000 a.C. Orion se situaba lejos de la línea central que atraviesa el zodíaco.

La importancia de Orion para los egipcios y su verdadera posición astronómica apuntan al final de un gran ciclo.


El giro de Venus significa — proverbialmente— que el campo magnético de la Tierra se dio vuelta.

En el lenguaje de la Atlántida:

"El viejo León se dio vuelta, siguiendo la orden de la Palabra que le dijo que se diera vuelta".

La importancia de las Palabras domina a las personas sobre la tierra.

Esta importancia del verso garantiza un largo período de vida;

y debe emplearse para hallar el fin de antemano.

Así escribe Ani, escriba que proviene de los sacerdotes, sirvientes de los más ancianos,

bajo la orden de la voluntad de los más elevados de todos.


Dado que los atlantes navegaban los océanos del mundo, necesitaron una baliza reconocible en el cielo. Además del zodíaco también tenían a Orion como punto de referencia. Inmediatamente después de la catástrofe del 21 de febrero de 21.312 a.C, Orion quedó casi en una posición idéntica a la actual.

 

en 2012 Orion no sólo va a dominar los cielos estrellados septentrional y meridional, sino también el zodíaco. ¡Y en ese momento crucial del tiempo se producirá la destrucción del mundo! Las antiguas escrituras lo confirman. Durante la caída de la Atlántida, los sumos sacerdotes que habían logrado escapar le enseñaron sus conocimientos a sus seguidores. Zoroastro fue uno de ellos.



***
. El inolvidable espectáculo de los miles de Mandjits dirigiéndose al mar durante el cataclismo, pronto aparecerá en su mente. Sin estos navíos, Egipto nunca hubiera existido como lo conocemos hoy. Sin ellos, Isis, Horus, Nepthys, el sumo sacerdote y su familia e innumerables personas, no hubieran podido escapar. Dado que la civilización actual se basa completamente en la egipcia, sólo seríamos una cultura primitiva, ni siquiera cercana a la presente.  Su existencia hizo posible que se nos revelaran los secretos de la Atlántida, siendo primordial en esto, el hecho de que los sacerdotes pudieron predecir el día del cataclismo con ayuda de las "Combinaciones Matemáticas Celestiales".

 


Réplica de un pequeño Mandjit.


Aquí la historia de los muertos de la Atlántida llega a su fin. Esto según lo que Albert Slosman escribió en su libro "El Gran Cataclismo". La constelación de Orión – nombre con el cual Osiris fue designado -, encontrará su imagen en la Tierra en las tres pirámides de Gizé. El hecho de que Orión (Osiris) volvió a "despertar" en el cielo estrellado, se convertirá en la fuerza conductora que sustenta la religión estelar egipcia. Todos los posteriores faraones que fueron sucesores quisieron "renacer" en la bóveda de estrellas, como lo hiciera su ilustre predecesor. Por eso, las pirámides están construidas a semejanza de las estrellas; la culminación del ciclo real de nascer de nuevo. En esencia, una religión apoyada en estrellas se generó a partir de la creencia de que los reyes muertos se convertirían en almas estelares. Esta religión duraría más de 9.000 anos!

LA Atlántida y el zodíaco de Dendera

 

clip_image001Uno de los atractivos de Egipto es el desconocimiento que se tiene sobre él, aún después de más de cien años de intenso estudio. Y ello por referirnos a las investigaciones occidentales; no olvidemos que hace más de dos mil años el país del Nilo era asignatura obligada para los sabios de la Grecia clásica. Un ejemplo claro se encuentra en Déndera, un templo de neto corte ptolomaico.

Estamos ante uno de los templos más bellos de todo Egipto. En él abundan de modo abigarrado inscripciones y jeroglíficos, junto a enormes relieves y pinturas que no incluyen una sola palabra de texto. Esto es lo que ocurre con sus dos "zodíacos", porque en Déndera no hubo uno, sino dos. El conocido y circular, que fue robado por Napoleón y llevado a Francia cortado en pedazos. Se contempla en el Museo del Louvre.

Este es un dibujo esquemático del mismo, en el que pueden apreciarse sus elementos con excepción del trozo en el que figura la diosa Hathor.

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El otro zodíaco, rectangular y menos conocido, está bellamente pintado con armoniosos colores, que aún se conservan, y ocupa una larga franja a todo lo largo del techo de la sala hipóstila.

En los zodíacos no hay nada de texto en ellos, tampoco en los originales. Nada, ni una sola frase.

Existen diversas interpretaciones sobre su contenido. En el Museo del Louvre te ofrecen una según la cual, el circular, era un calendario astronómico donde pueden leerse incluso predicciones de eclipses. Otros afirman que sólo es un grabado que contiene la clásica división zodiacal griega del universo.

Albert Slosman nace en 1925 y muere en 1981. Fue profesor de matemáticas, era experto en análisis informático, y participó en los programas de la NASA para el lanzamiento de los Pioneer sobre Júpiter y Saturno.

Slosman se sumergió en la exploración documental referida al hundimiento de un continente situado en el Atlántico, a la supervivencia de muchos de sus habitantes, al éxodo de éstos a través del Norte de África y a su posterior asentamiento en Egipto. Veamos cómo procedió en las pesquisas que lo llevarían a articular la teoría que para él era certeza.

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Comencemos con el significado del nombre jeroglífico del continente que hoy conocemos como la Atlántida a través de los textos de Platón.

En lenguaje jeroglífico, esta tierra desaparecida era conocida como Ahâ-Men-Ptah, o "Primogénito-Durmiente-de-Dios", denominación que experimentó posteriormente una contracción en el conjunto de textos que conforman el denominado -impropiamente, según Slosman- Libro de los Muertos: El Amenta. El nombre, sin embargo, continuaba evocando el significado original de "País de los Muertos", "País de los Bienaventurados", y "País del Más Allá".

Por su parte, los sucesivos monarcas de este continente fueron, tradicionalmente, los Ptah-Ahâ, cuyo significado, en la lengua jeroglífica, es el de "Primogénito-de-Dios" puesto que, en efecto, todos los reyes descendían por línea directa del primer Hijo de Dios, es decir, el Primogénito.

Siempre siguiendo la traducción e interpretación de Slosman, tendríamos que Ahâ se pronuncia Ahan y que Ptah también se escribe Phtah, de su fonetización en lengua griega, en la que la letra pi se convierte en phi (fi), por lo que Phtah-Ahan fue fonetizado "Faraón", que de Primogénito-de-Dios pasó a ser "Hijo-de-Dios".

Y de la misma manera se explicaría el que Ath-Kâ-Ptah (Segundo-Corazón-de-Dios) se convirtiera, en la fonetización griega, en Aegyptus, Egipto para nosotros.

En busca de pruebas con las que documentar su búsqueda -su convicción, más bien- acerca del Origen, con mayúscula, de todos y de todo, Slosman llega a Déndera, en Egipto. El de Déndera es un templo cuya actual reconstrucción es la sexta, realizada por Ptolomeo II Evergetes, pero siguiendo escrupulosamente los planos originales del primer templo construido en el mismo enclave. Y es a este preciso emplazamiento a donde los bisnietos de los supervivientes del éxodo del Gran Cataclismo llegaron en primer lugar. Allí, en sus muros, Slosman pudo leer:

En el principio, estas palabras enseñaron los Ancestros, aquellos Bienaventurados de la Tierra primera: Ahâ-Men-Ptah. Los que convivían con las Creaciones del Corazón-Amado: el Corazón-Primogénito.

Estas fueron las primeras palabras: Yo soy el Muy-Alto, el Primero, el Creador del Cielo y de la Tierra, yo soy el diseñador de las envolturas carnales y el proveedor de las Parcelas divinas. Yo he colocado el sol sobre un nuevo horizonte como gesto de benevolencia y testimonio de Alianza. He hecho elevarse al Astro del Día sobre el horizonte de mi Corazón, pero para que así sea he instituido la Ley de la Creación que actúa sobre la Parcelas de mi corazón para animarlas en los [corazones] de mis Criaturas. Y así fue.

La actuación de esta Ley sobre las criaturas tiene lugar -así cuenta Slosman que se desprende de los textos jeroglíficos grabados en los muros del templo de Déndera- a través de los "Doce", que son los Doce Soles de las doce constelaciones ecuatoriales celestes, cuya mecánica y funcionamiento recibe, en lenguaje jeroglífico, el sugerente nombre de "Combinaciones-Matemáticas-Divinas". Según los mencionados textos, estos Doce Soplos, o Hálitos que conforman el ecuador celeste, llevan el nombre de "Cinturón" y de él emergen Cuatro Primogénitos, Cuatro Soplos llegados desde los cuatro puntos cardinales: los Maestros, cuya personificación son los Cuatro Hijos de Horus, que aparecen citados a menudo en numerosos versículos con sus propios nombres y que son, además, quienes imprimen el esquema vital fundamental del alma de las criaturas.

Este principio, tan resumidamente expuesto, es el que los sucesivos pontífices transmitieron durante milenios, como secreto sagrado, únicamente a los sumos sacerdotes en la "Casa-de-Vida", contigua al "Templo-de-la-Dama-del-Cielo", en Déndera.

Esta antigua "Escuela", cuyo origen se remonta a la mismísima llegada de los primeros supervivientes, está autentificada no sólo por los textos, sino también por las sepulturas sacadas a la luz bajo la colina de los Pontífices, a menos de tres kilómetros del templo. Allí reposan los "Sabios entre los Sabios", los Bienaventurados que poseyeron el Conocimiento de la voluntad divina. Uno de ellos impartía enseñanza bajo un "Maestro" de la II dinastía, en el cuarto milenio antes de nuestra era; otro bajo Khufu (Keops), cuyo escriba real señala que el templo fue reconstruido por su señor (fue ésta la tercera reconstrucción) siguiendo los planos encontrados en los cimientos originales, escritos sobre rollos de cuero de gacela por los "Seguidores de Horus", es decir, por los propios Primogénitos, mucho antes de que el primer rey de la I dinastía ocupase el trono.

Fueron, por tanto, estos descendientes directos quienes transmitieron la Ley divina, cuyas "Combinaciones-Matemáticas" permitirían a los hombres regirse por si mismos según cánones de Justicia y de Bondad.

Los ancestros escribieron asimismo:

Yo soy Yo, nacido de si mismo para convertirse en el Creador de Imágenes a su semejanza, tras la salida del Caos. Ellas [las imágenes] son los recipientes de las Parcelas divinas, que las convertirán para siempre, a su vez, en los Bienaventurados del Sol naciente, mientras observen una estricta obediencia a mi Ley. Pues yo soy el Pasado de Ayer que prepara el Porvenir del Sol gracias a los Doce.

Los pontífices de Ahâ-Men-Ptah habían delimitado perfectamente el problema, ciñéndose con exactitud a los poderes directos que atribuyeron a las diversas soluciones combinatorias, remontándose a muy atrás en el tiempo para apoyar sólidamente sus observaciones. De ahí la acumulación de precisiones acerca de los poderes de los "Doce".

Para hacernos cargo cabalmente de todo esto tendríamos que partir, dice Slosman, no sólo de diez milenios atrás, sino de hace veinticinco mil años, época en la que Ahâ-Men-Ptah existía como un continente de clima templado, vegetación exuberante, numerosas especies de una fauna hoy ya extinguida en su mayor parte, y en el que la especie humana habitaba pacíficamente en auténticas ciudades edificadas.

Ahâ-Men-Ptah debió sufrir una primera devastación volcánica que provocó un importante hundimiento de tierra que formaría el Mar del Norte, esculpiendo innumerables brechas en la actual Islandia. Un período de fuertes heladas se instaló en esta parte del mundo, acumulando hielo en un casquete polar uniforme. La propia Siberia, que era entonces una región bastante templada, vio cómo desaparecía su lozana vegetación y eran aniquilados los mastodontes que no pudieron escapar a tiempo de las heladas.

Tras esta "advertencia", y a partir de este dato, comienza realmente la historia de Ahâ-Men-Ptah, y la cronología va a utilizar este trastorno, que la memoria humana ha "legitimado", para remarcar los anales de un principio característico.

En efecto, los eruditos de estos primeros tiempos comprendían cada vez mejor los movimientos y las combinaciones celestes, así como los fenómenos beneficiosos o perjudiciales resultantes de ellos. A partir de este momento se instituye un método gráfico figurativo a partir de la observación atenta y de la anotación meticulosa de la marcha de los planetas, del sol y de la luna, sus figuraciones y sus configuraciones, así como las formas más geométricas de las doce constelaciones de la elíptica ecuatorial celeste, y aún las más lejanas de Orión y Sirio, de singulares características. De aquí derivaron las repercusiones de las Combinaciones sobre la Tierra, tanto en relación al comportamiento humano, como a la evolución de la Naturaleza.

Después de este mini cataclismo, la vida de Ahâ-Men-Ptah se reagrupó más al sur y transcurrió apaciblemente durante cincuenta siglos, hasta el momento en que nació el primer Ahâ, el Primogénito Usir, u Osiris, engendrado por la Divinidad en Nut, inminente esposa de Geb (que fue debidamente prevenido del hecho) quien, por su parte, sería el penúltimo rey de aquella tierra.

Geb desposó, pues, a Nut y tras el nacimiento de Usir, la pareja tuvo tres hijos más: Usit, cuyo nombre en la rebelión posterior pasó a ser Sit (Seth en griego) y dos gemelas llamadas Nek-Bet e Iset, también conocidas como Nephtys e Isis, de las cuales la última se convirtió en la esposa de Usir.

A esta pareja, Usir e Iset, los augures anunciaron que el Hijo que les nacería sería el generador de la nueva nación que surgiría de los supervivientes del Gran Cataclismo. Nació, en efecto, un varón al que se le impuso el nombre de Hor, u Horus.

Y fue poco antes de que Hor sucediese a su padre, cuando Usit atacó la capital de Ahâ-Men-Ptah con tropas rebeldes reclutadas al efecto, iniciando así el proceso de hundimiento del continente, pues al asesinar a Usir a lanzazos, la cólera de Dios se desencadenó sobre las criaturas y sobre Su creación.

Podemos imaginar, tal vez, siniestros crujidos alzándose desde las profundidades de la tierra y volcanes tranquilos desde hacía milenios activándose de repente y expulsando toneladas de lava desde sus cráteres recién abiertos; una lluvia de piedras solidificadas y de residuos de todo tipo abatiéndose sobre una multitud enloquecida que corría hacia el puerto donde las barcas "mandjit", reputadas de insumergibles aguardaban, estrechamente vigiladas, a fin de que la evacuación pudiera llevarse a cabo de la manera más organizada posible, si bien la falta de visibilidad y el caos reinante lo hicieron impracticable y la mayoría pereció. Era el fin de todos y de todo. La capital y el continente entero se hundieron rápidamente en el agua.

Esto ocurría, según Slosman, el 27 de julio de 9792 antes de nuestra era, fecha que consideraba inequívoca gracias a la lectura e interpretación de los acontecimientos narrados en el planisferio celeste grabado en el techo de una de las salas del templo de Denderah, más conocido con el nombre de "zodíaco".

¿Pero qué dice el zodíaco o planisferio de Déndera, según una concepción más aproximada a la astronomía?

El planisferio de Déndera, aparece sostenido por doce divinidades, ocho arrodilladas y cuatro de pie. Las divinidades que están de pie son las cuatro diosas de los puntos cardinales. Las arrodilladas, de cabeza de halcón, yo las identificaría con los Hehu que aparecen en el Libro de la Vaca Sagrada y su cometido es originariamente, junto con las diosas de los puntos cardinales, dar estabilidad a Nut, diosa cuyo cuerpo alberga el cielo.

El planisferio propiamente dicho, lo encontramos rodeado por los 36 decanos. Los decanos se utilizaban originalmente en los relojes estelares egipcios para fijar las horas nocturnas. Aquí sin embargo, su función cambia y los encontramos como divisores de las constelaciones zodiacales: cada decano supone 10 grados y hay tres por constelación. En el planisferio de Déndera, aparecen representadas todas las constelaciones zodiacales. Obviamente eso es algo que no podremos observar en el cielo nocturno, sin embargo hay un detalle interesante en su representación. La eclíptica (la línea a lo largo de la cual se distribuyen las constelaciones zodiacales) efectúa un movimiento ondulatorio. La altura de esta línea sobre el horizonte se llama declinación, la declinación máxima se alcanza en las regiones de Géminis y Tauro y la mínima, en las de Acuario y Capricornio. Los diseñadores del planisferio de Déndera tuvieron en cuenta esto colocando más cerca del centro, con una declinación más elevada, las constelaciones de Tauro y Géminis, siendo las más bajas las de Acuario y Capricornio. Esto nos da la pista de que los diseñadores de este planisferio, abandonan la idealización de los calendarios lineales para tratar de acercarse más a una visión real del cielo. Hay que hacer sin embargo una puntualización a esto. Si nos fijamos, la eclíptica de Déndera no es como la que encontramos en los modernos planisferios, sino que se quiebra en Cáncer para seguir otra vez de forma regular a partir de Leo; se ha atribuido esta peculiaridad a problemas de espacio, una explicación que si bien es plausible, también es discutible.

El planisferio, además de las constelaciones zodiacales y las puramente egipcias, también cuenta con representaciones de los cinco planetas visibles a simple vista; identificables fácilmente en el planisferio gracias a que están identificados con su nombre en caracteres jeroglíficos. La ubicación de los planetas en el planisferio es un poco especial, su posición es la denominada «en exaltación» y consiste en situarlos en los signos a los que están asociados astrológicamente. La relación es la siguiente: Mercurio en Virgo, Venus en Piscis, Marte en Capricornio, Júpiter en Cáncer y Saturno en Libra. En lo que se refiere a los planetas interiores, es imposible encontrarlos en esas ubicaciones simultáneamente. Desde nuestro punto de vista, viajan demasiado juntos, siempre cerca del Sol y las constelaciones asociadas a ellos en Déndera están demasiado alejadas entre sí. Algunos investigadores han tratado de datar el planisferio utilizando las posiciones de los planetas exteriores, que podemos encontrar durante la noche en cualquier posición a lo largo de la eclíptica. Así, nos encontramos con que en el periodo comprendido entre mayo y junio del año 51 a. C. los planetas exteriores se encontraban ubicados tal y como nos muestra el planisferio de Déndera. Dadas las diferencias de los periodos de translación entre los tres planetas, esto no es algo que ocurra todos los días, pues su posición solo ha vuelto a repetirse tres veces desde entonces. Personalmente soy escéptico con respecto a los resultados de este método de datación. Trataré de afinar un poco más, pero hasta el momento los resultados que he conseguido utilizando un par de generadores de cartas no han sido nada esclarecedores.

Abandonamos ahora la seguridad de la línea del zodiaco para adentrarnos en las constelaciones puramente egipcias que la rodean. Justo debajo de Tauro aparece Orión; esta constelación era conocida por los egipcios como Sah y se identificaba con Osiris. Siguiendo a Osiris en su viaje por el cielo nos encontramos a Isis representada en forma de vaca con Sirio, la Sepedet egipcia entre los cuernos. Otras constelaciones que podemos identificar de forma razonable, son la pata de toro que sería nuestra Osa Mayor y el pequeño chacal con la azada, identificado como el dios Upuaut, «el abridor de caminos» que sería la Osa Menor representando la azada las estrellas principales de esta constelación. La hipopótama que vemos junto al chacal (Isis-Djamet) estaría formada por nuestra constelación del Dragón complementada por algunas de constelaciones vecinas. Con el resto de constelaciones la cosa se complica y su posición en el mapa nos sirve de ayuda pero no es concluyente. Personalmente, yo casi metería la mano en el fuego para identificar el pequeño pato que hay encima de Capricornio con la constelación de Aquila que es una de mis favoritas y siempre me ha sugerido más el vuelo de un ganso que el de un águila.

También existen en el planisferio unas curiosas figuras inscritas en círculos que se han identificado con eclipses; muy bien podría ser eso, pero los cálculos de distintos investigadores no se ponen de acuerdo con los programas generadores de cartas en cuanto a la fecha exacta en que se produjeron los «eclipses» representados en Déndera. Aquí empezamos a movernos en un terreno que me resulta de lo más escabroso y traicionero. Según unos investigadores, los eclipses se produjeron en una época razonablemente cercana al diseño del planisferio como para ser representados en él. Otros ven predicciones de efemérides (no necesariamente eclipses) que se producirían después de que el planisferio estuviera instalado en su lugar definitivo. Y no falta quien ve en esas figuras naves espaciales
Los faraones se consideraron a sí mismos como los seguidores de Horus reencarnado, o Viviente. Cuando muriesen, renacerían a fin de poder elevarse a las estrellas. Todos los funerales tuvieron lugar en la margen occidental del Nilo, donde la comarca de las pirámides simbolizaba el área que rodeaba Orión en los "bordes" de la Vía Láctea. El traslado de los cuerpos muertos margen opuesta del Nilo era un simbólico pasaje ritual da alma para el otro lado del Nilo celestial (la Vía Láctea), donde se encontraba el paraíso celestial e donde Osiris empuño o cetro. Ahora todos pueden comprender porque: Orión (Osiris) fue el primero rey-Dios que resucitó, por eso el monumento erigido en su nombre es la mayor obra "arqueo-astronómica" de la resurrección que jamáis haya existido!

El ciclo de precesión está estrechamente vinculado con el principio y el fin de las eras glaciales. Esto se ha conocido desde la década de 1970. Los descubrimientos mencionados antes son la evidencia de que los atlantes tenían un elevado nivel de conocimientos, ¡y eso hace más de 12.000 años!...

 

Ellos también descubrieron, como los científicos en la actualidad, que hubo varias causas para las eras glaciales. Tuvieron que confrontar esto el 2 de febrero de 21.312 a.C. La Tierra viró 72 grados y el subtropical Aha-Men-Ptah (Primer Corazón de Dios), en unas pocas horas quedó recubierto con el entonces Polo Norte. A esta tragedia le siguió una ola imponente.

 

Los que sobrevivieron se agruparon y decidieron crear un centro astronómico: el Círculo de Oro....  Por miles de años, sus mejores científicos estudiaron los cielos y finalmente llegaron a la siguiente conclusión:

  1. El punto vernal está cambiando muy lentamente. Esto significa que aparece después de un determinado tiempo en una constelación diferente. Ellos codificaron el magnetismo solar, el periodo de Venus y otros números importantes en los periodos de los distintos ciclos: 1.872, 2.016, 2.304 y 2.592 años. Estas constelaciones recibieron nombres basados en hechos históricos, los cuales siguen usándose casi sin cambios hasta nuestros días.
     

  2. Durante el corrimiento del zodíaco, se produce un segundo fenómeno: el eje de la Tierra se está desplazando levemente e inclinándose en mayor o menor medida. Los científicos lo llaman la inclinación respecto de la eclíptica (esto significa el ángulo entre el ecuador y la eclíptica). Los atlantes deben haber descubierto lo mismo que los científicos en la actualidad, fluctuando con una diferencia de 2,4 grados. El eje está más derecho a los 22,1 grados y más inclinado a los 24,5 grados.
     

  3. La fluctuación del eje de la Tierra tiene una influencia en la velocidad del zodíaco y se produce siglo a siglo. Fueron 25.920 años; hoy está en el año 25.776. Lo más molesto es que los atlantes ocultaron en su génesis, un código secreto . Según este, se produjo un desastre en la Atlántida cuando la precesión cambió a 25.776 años.

Hoy hemos alcanzado el mismo periodo. No existe correlación más alarmante y esto demuestra que un acontecimiento catastrófico puede llegar a tener lugar en cualquier momento, ahora.

 

Los científicos demostraron que el principio y el final de las eras glaciales en Europa y el continente americano, pudieron predecirse gracias a dichos descubrimientos. Estos alarmantes sucesos se producen cuando los polos del eje de la Tierra están más derechos de lo normal. La precesión también causa un cambio en la rotación de la Tierra, lo cual genera un corrimiento de los veranos. Esto significa que, si un verano es relativamente frío, una parte del hielo que se formó en el invierno no se derrite.    Al siguiente invierno se formará una nueva capa de hielo y una reacción en cadena de circunstancias glaciales se producirá en consecuencia.


Por lo tanto, la existencia de una nueva era zodiacal puede ser un crucial iniciador para el comienzo de las eras glaciales. Y esta no es toda la historia. Durante los últimos dos millones de años, la Tierra soportó diez períodos largos y cuarenta cortos de eras glaciales. La duración promedio de una era glacial va de 80.000 a 100.000 años. Estas debieron alternar con períodos interglaciales más cálidos que duraron alrededor de 10.000 años.

 

En los últimos 330.000 años, Europa conoció tres períodos más cálidos, seguidos de otros más fríos que duraron 100.000 años.   Hace diez mil años, se inició este período más cálido que estamos atravesando ahora. El final del mismo, definitivamente, se está acercando. Un desconocido desastre nos aguarda. Las capas de hielo de un espesor de cientos de metros van a enterrar a Europa y destruirán todo cuanto quede debajo. Por supuesto que los atlantes lo sabían, y estoy seguro de que sabían mucho más.

 

Ellos deben haber hecho las siguientes correlaciones:

  1. Las manchas solares y la fuerza de los inviernos: una baja actividad de las manchas solares produce fuertes inviernos, y también es cierto lo contrario. Una fácil conclusión. Todos concuerdan acerca de este tema, en particular cuando se toman en cuenta sus conocimientos sobre el ciclo de las manchas solares.
     

  2. La desaceleración o aceleración del ciclo de precesión: los astrónomos actuales piensan que el Sol causa la precesión, pero ignoran cómo. Todos sabemos que el viento solar produce partículas eléctricas, las cuales pueden penetrar en la atmósfera terrestre por los polos y producir las conocidas auroras australes y boreales. Una porción de estas partículas puede llegar hasta el núcleo interior y crear una carga eléctrica, que es la responsable del cambio en la velocidad de la rotación.
     

  3. El corrimiento del campo magnético y las tormentas solares: luego de un periodo de más de 1.300.000 días, el campo magnético del Sol se da vuelta (ver The Mayan Prophecies [Las profecías mayas]). Este fenómeno viene con enormes explosiones solares, las cuales son responsables de múltiples efectos. El campo magnético de la Tierra es fuertemente golpeado, las auroras son visibles en casi todo el globo y los relámpagos se generalizan. Esto es más que suficiente para atraer nuestra atención y conducirnos a las conclusiones necesarias.
     

  4. En el año 10.000 a.C, los atlantes tenían tal certeza de la correlación entre el campo magnético del Sol y un suceso catastrófico sobre la Tierra, que decidieron orquestar un éxodo. Durante 208 años hicieron los preparativos necesarios. Los mayas y los egipcios, como descendientes de los legendarios atlantes, predijeron una catástrofe similar pero más violenta, para el 21-22 de diciembre de 2012. ¿Qué calcularon? Después de casi 12.000 años, habrá una gigantesca reversión del campo magnético del Sol.

     

    Cuando eso suceda, llamaradas solares increíblemente grandes se emitirán, billones de partículas alcanzarán los polos terrestres y estos "arderán en llamas". Debido al continuo flujo de electromagnetismo, los campos magnéticos de la Tierra se sobrecargarán. Se generarán fuerzas eléctricas desconocidas. Cuando los polos se llenen de auroras, por las partículas que caen, lo inevitable sucederá: el campo electromagnético interior de la Tierra se sobrecargará y estallará.

     

    Entonces, ¡wam! El campo magnético terrestre se revertirá y la Tierra empezará a girar en sentido contrario, como una dínamo que comienza a dar vueltas para el otro lado, y el Polo Norte se convertirá en el Polo Sur, y viceversa. ¡Y toda nuestra civilización será destruida!



El Capitulo XVIII del Libro de los muertos es el único que no tiene jeroglíficos.

Describe el gran cataclismo.


Existen aquellos que dicen que: Venus hizo y hará un giro planetario retrógrado encima de Orión. Este está también atrás del signo estelar de Géminis. Esta trayectoria de Venus sólo aconteció y acontecerá en el inicio y en el final a lo largo de 11.000 años, y fue en 9792 a.C ¡y será en el próximo 2012!... ¡¡ ¡¡Quien vivira… verá!!!



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