Discencia Noosferica

Discencia Noosferica
Noologia de Holopraxis

domingo, 25 de abril de 2010

programa







UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

ESCUELA DE EDUCACIÓN

DEPARTAMENTO DE MEDICIÓN Y EVALUACIÓN

MENCIÓN MATEMÁTICA

 

SEMINARIO PARA GRADUANDOS

ÁREA  POSTGRADO EN FILOSOFIA

 

 

 

http://www.fisicomatematico.net/articulos/Pais030609.jpgMatemáticas y filosofía: ¿una buena amistad?

 

Roger Penrose

Una aproximación  elemental a su filosofía

de la ciencia.

 

INTRODUCCIÓN.

Hace unos cuantos años, con la intención de hacer más atractiva y útil a un grupo de 3º de la EDUCACIÓN MEDIA  la hora semanal alternativa a la asignatura de religión, propuse a los alumnos dedicar el primer trimestre al análisis de algunas estrategias para la solución de problemas en diferentes ámbitos del pensamiento y de la vida. Ya en la primera clase les entregué un clásico problema de trenes que parten en sentido contrario de estaciones diferentes a una velocidad constante, a fin de calcular cuántos kilómetros recorrería un avión que volase de uno a otro hasta que ambos trenes se cruzaran.

 

La solución era muy sencilla sólo con aplicar el sentido común. Sin embargo, a los pocos minutos comprobé con sorpresa que casi la mitad del grupo renunciaba a intentar hallar la solución. Del resto, una buena parte había planteado o resuelto erróneamente el problema. Cuando les pregunté por la estrategia seguida o las razones de su actitud, muchos respondieron lo mismo: no les iba eso de las matemáticas. De poco sirvió argumentarles que el problema, en sí mismo, no tenía mucho que ver con las matemáticas que estaban estudiando, sino sólo con la lógica ordinaria; la mayoría o no se lo creyó o simplemente zanjó la discusión insistiendo en que eso era matemáticas. Obviamente, tiene menos importancia que resolviesen bien o mal  el problema, que su actitud -hostil o refractaria- a cuanto sonase a matemática.

 

No deja de ser inquietante y sorprendente la paradoja de la matemática: una de las materias que durante más años se estudia obligatoria e ininterrumpidamente, se convierte para muchos ante todo en una fuente de padecimientos y disgustos, pues la consideran difícil y sólo apropiada para unos pocos (aunque la deban cursar todos sin excepción). Aún me recuerdo aplicando "base por altura partido por dos", como si de una traducción del chino se tratara, asumiendo obedientemente que había que saber aquello y otras mil cosas intrincadas, aunque me daba exactamente igual que esa fórmula tuviese que ver con el triángulo o con el paralelepípedo (sólido geométrico especialmente popular en nuestra clase por su peculiar terminación, y sólo por eso).

 

Sin embargo, en cuarto de bachillerato (ha llovido un montón desde entonces ...) ocurrió el portento: se nos apareció en la clase don Pedro, tan severamente estrábico como excelente profesor de matemáticas, y nos abrió a un mundo lleno de interés, donde resolver un problema era todo un reto y un placer. Ahora soy capaz ya de identificar con exactitud las causas y los rasgos de semejante portento:  don Pedro nos transmitió su propia pasión por las matemáticas. Bastantes nos quedamos extrañados: ¿por qué ahora nos gustaban tanto las ecuaciones de segundo grado? Ignorábamos aún que el saber sólo es fecundo e interesante para el alumno si es capaz de despertar su pasión, pero las pasiones no se inculcan emborronando pizarras y rellenando cuadernos de interminables sumas y restas, sino primordialmente contagiando la propia pasión.  ¿Será esta una de las razones de tanto fracaso escolar en algunas asignaturas?

 

Una relación compleja

 

Hablar de la relación entre matemática y filosofía entraña una nueva dificultad: siempre -aunque actualmente aún más- la filosofía se halla en constante autocuestionamiento, en crisis (al fin y al cabo, "crisis" significa originariamente situación decisiva en que ha de dilucidarse y decidirse algo importante tras cuidadoso examen). La filosofía, como más de una vez la matemática misma (recuérdese la crisis de fundamentos de la aritmética a finales del siglo XIX y principios del XX), sólo puede existir poniéndose permanentemente en tela de juicio (=crisis). Wittgenstein dejó a la filosofía sobre el tejado, arrojó la escalera después de haber subido por ella, la declaró inútil  y le recomendó callar, por estar fuera del ámbito de las proposiciones verdaderas, pertenecientes -según él- sólo a las ciencias de la naturaleza. Kant, por su parte, prefirió abandonar las disquisiciones estrictamente teóricas (aunque también aseguraba que la filosofía es imposible como ciencia) y no "enseñar pensamientos, sino enseñar a pensar". ¿Es posible entonces hablar hoy con sentido de la matemática y la filosofía?

 

Lo cierto es que la historia del pensamiento occidental ha mostrado sobradamente que el progreso y la mayoría de edad  de muchas de las ciencias que en los últimos siglos o décadas más han progresado y avanzado se deben primordialmente a haber adoptado los procedimientos de la matemática, mediante los que han obtenido precisión y rigor, objetividad y seguridad. Otros saberes, sin embargo, más o menos pertenecientes a las denominadas "ciencias del espíritu", al  utilizar poco o nada la matemática, parecen estar relegados al etéreo reino de lo opinable y desterrados de "la senda segura de la ciencia", como diría Kant. De esta forma, numerosos filósofos, conscientes del papel fundamental de la matemática en el vertiginoso avance de algunas ciencias y en la fiabilidad de sus cálculos y conocimientos, resolvieron adoptarla como modelo ideal y construir todo el edificio del saber humano a su imagen y semejanza. Baste recordar al respecto el sistema axiomático cartesiano o la propuesta de una "mathesis universalis" por parte de Leibniz como remedio definitivo de los males multiseculares que aquejaban a la filosofía y al conocimiento humano.

 

En la segunda mitad del siglo XX, la filosofía de la ciencia renunció prácticamente a imponer sus ideas sobre la naturaleza o sobre la ciencia y se marcó como tarea la de reflexionar a posteriori acerca de las grandes teorías científicas surgidas a lo largo de la historia, teorías por tanto ya construidas. Se trataría de analizar la ciencia a partir de sus métodos, leyes, axiomas, hipótesis, experimentos, etc. para después intentar reconstruirla sintácticamente desde un punto de vista formal o lógico-matemático. Pero esta tarea, a la que se aplicaron filósofos de vocación estructuralista, como Carnap o Stegmüller entre otros, no tardó en mostrarse excesivamente ardua y no demasiado productiva. La reconstrucción analítica también fue ensayada a partir de la concepción semántica de la verdad de Tarski, pero el enfoque semántico resultó igualmente irrealizable e incompleto.

Otra aproximación indudablemente más factible y exitosa fue la debida a Thomas S. Kuhn con La estructura de las revoluciones científicas (1962): en este caso ya no se trataba de desentrañar la estructura de la ciencia —desde el punto de vista de su justificación, como habría dicho Reichenbah—, sino de estudiar el desarrollo histórico de sus teorías o paradigmas —un punto de vista más cercano al descubrimiento—. La senda historicista abierta por Kuhn para el estudio de la ciencia tuvo una excelente acogida al manifestarse más viable que las opciones analíticas y estructuralistas.

Mas la preeminencia de la ciencia en la sociedad contemporánea genera una reflexión pragmática incesante acerca de ella misma desde perspectivas cambiantes y no exclusivamente históricas. Siguiendo la estela de Kuhn desde posiciones gradualmente más radicales surgieron en las últimas décadas del siglo XX numerosos programas interdisciplinares de Ciencia, Tecnología y Sociedad, CTS, dedicados al estudio de la práctica científica y de la relación entre la ciencia y la sociedad. La ciencia y, sobre todo, la tecnología son objeto de análisis social y protagonizan el debate político. La sociología —cuyo interés tradicional por la ciencia solía limitarse al análisis del contexto social en que se enmarcaba la actividad científica— dio un paso más y propuso explicaciones en términos sociológicos incluso para los contenidos de las teorías científicas. David Bloor fue uno de los fundadores de lo que vino a llamarse el "programa fuerte" de sociología del conocimiento. En una línea parecida cabe mencionar los trabajos de Barnes, Pickering, Collins y Pinch entre otros "científicos sociales". Estos autores son contemporáneos y coincidentes en algunos conceptos con las tendencias filosóficas y literarias postmodernas con las que parecen confluir en un relativismo histórico-social crítico respecto de las concepciones dogmáticas o simplemente tradicionales de la ciencia.

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En la segunda mitad del siglo XX, la filosofía de la ciencia renunció prácticamente a imponer sus ideas sobre la naturaleza o sobre la ciencia y se marcó como tarea la de reflexionar a posteriori acerca de las grandes teorías científicas surgidas a lo largo de la historia, teorías por tanto ya construidas. Se trataría de analizar la ciencia a partir de sus métodos, leyes, axiomas, hipótesis, experimentos, etc. para después intentar reconstruirla sintácticamente desde un punto de vista formal o lógico-matemático. Pero esta tarea, a la que se aplicaron filósofos de vocación estructuralista, como Carnap o Stegmüller entre otros, no tardó en mostrarse excesivamente ardua y no demasiado productiva. La reconstrucción analítica también fue ensayada a partir de la concepción semántica de la verdad de Tarski, pero el enfoque semántico resultó igualmente irrealizable e incompleto.

Otra aproximación indudablemente más factible y exitosa fue la debida a Thomas S. Kuhn con La estructura de las revoluciones científicas (1962): en este caso ya no se trataba de desentrañar la estructura de la ciencia —desde el punto de vista de su justificación, como habría dicho Reichenbah—, sino de estudiar el desarrollo histórico de sus teorías o paradigmas —un punto de vista más cercano al descubrimiento—. La senda historicista abierta por Kuhn para el estudio de la ciencia tuvo una excelente acogida al manifestarse más viable que las opciones analíticas y estructuralistas.

Mas la preeminencia de la ciencia en la sociedad contemporánea genera una reflexión pragmática incesante acerca de ella misma desde perspectivas cambiantes y no exclusivamente históricas. Siguiendo la estela de Kuhn desde posiciones gradualmente más radicales surgieron en las últimas décadas del siglo XX numerosos programas interdisciplinares de Ciencia, Tecnología y Sociedad, CTS, dedicados al estudio de la práctica científica y de la relación entre la ciencia y la sociedad. La ciencia y, sobre todo, la tecnología son objeto de análisis social y protagonizan el debate político. La sociología —cuyo interés tradicional por la ciencia solía limitarse al análisis del contexto social en que se enmarcaba la actividad científica— dio un paso más y propuso explicaciones en términos sociológicos incluso para los contenidos de las teorías científicas. David Bloor fue uno de los fundadores de lo que vino a llamarse el "programa fuerte" de sociología del conocimiento. En una línea parecida cabe mencionar los trabajos de Barnes, Pickering, Collins y Pinch entre otros "científicos sociales". Estos autores son contemporáneos y coincidentes en algunos conceptos con las tendencias filosóficas y literarias postmodernas con las que parecen confluir en un relativismo histórico-social crítico respecto de las concepciones dogmáticas o simplemente tradicionales de la ciencia.

Dos culturas, tres culturas...

En mayo de 1959 el científico y escritor C. P. Snow dictó en Cambridge una conferencia en la que desarrolló la noción de "las dos culturas" para aludir a la creciente separación entre los saberes de los científicos y los saberes de los humanistas  —pese a reconocer la dependencia cada vez mayor de la civilización respecto del desarrollo científico— afirmaba que la fractura entre los dos supuestos tipos de saberes, el científico y el humanístico, no había hecho sino agrandarse a lo largo del siglo XX. Sin embargo, en la segunda edición fechada en 1963 de su celebérrima conferencia, Snow agregó un nuevo ensayo —Las dos culturas y un segundo enfoque— en el que auguraba la emersión de "una nueva tercera cultura" que habría de tender un puente entre científicos y humanistas.

Menos claro queda el asunto de cómo habría de realizarse el proceso de colonización del espacio destinado a la tercera cultura tal como fue propuesto por Snow. Si habrían de ser los pensadores humanistas (tal vez filósofos o sociólogos) quienes iniciaran el acercamiento o incluso pretendieran un determinado control social de la poderosa ciencia, como se ha avanzado en el epígrafe precedente, o si por el contrario deberían ser los científicos quienes se dignaran a dar el primer paso iniciando al resto de la comunidad pensante en sus trascendentes pero hasta entonces herméticas investigaciones. No en vano, científicos como Einstein, Heisenberg, Böhr, Gödel, etc., ya habían intentado conectar ambas orillas explicando la ciencia al público culto en general. Tras el vaticinio de Snow, en efecto, otros científicos habrían de destacar en los campos de la historia o de la filosofía de la ciencia más aún que en los respectivos campos científicos en los que se habían formado, como  en los casos de T. S. Kuhn o de M. Bunge.

Pero hay más, desde la perspectiva de las relaciones entre ciencia y cultura, tal vez el fenómeno más reseñable de las últimas décadas del Siglo XX haya sido el auge de la divulgación científica, que recibio una atención muy cuidada por parte de los editores, quienes encontraron un rico filón en los trabajos de autores como C. Sagan, S. Hawkins o S. J. Gould. El peaje a pagar por los divulgadores tras haber irrumpido en una esfera más literaria que científica fue, como era de esperar, el de un cierto desdén por parte de sus colegas científicos. Mas los ciudadanos de una sociedad básicamente científica no pueden vivir de espaldas a la ciencia y agradecen generalmente que algún científico se acuerde de ellos y se moleste en explicarles "dónde les aprieta el zapato".

En 1991, John Brockman publicó un ensayo titulado "The emerging Third Culture" que prosiguió con una serie de entrevistas con y entre científicos de lo que él consideraba la tercera cultura y que dio lugar a la publicación en 1995 de The Third Culture: Beyond The Scientific Revolution. En esta obra deplora que la consideración de "culto" haya estado tradicionalmente en manos de los miembros de la primera cultura: la de las letras, la filosofía, la historia y las artes. Brockmann argumenta que los hombres de letras no se relacionan con los científicos por lo que, a partir de los años ochenta, los científicos decidieron tomar por asalto el terreno de la primera cultura y comunicarse directamente con el público, algunos con gran habilidad, de forma que lo que tradicionalmente se llamaba "ciencia" se ha convertido en "cultura pública". Este desplazamiento habría generado, según Brockman, la "tercera cultura".

"La tercera cultura reúne a aquellos científicos y pensadores empíricos que, a través de su obra y su producción literaria, están ocupando el lugar del intelectual clásico a la hora de poner de manifiesto el sentido más profundo de nuestra vida, replanteándose quiénes y qué somos" (J. Brockman, 1995:13). Así pues, la tercera cultura de Snow, más que como plataforma de encuentro, podría describirse como un campo de batalla metacientífico, como un puente a tomar al asalto dialéctico desde cualquiera de las múltiples orillas

 

La filosofía se halla así en una difícil encrucijada. En la medida en que pretende centrarse en los contenidos y procedimientos de las llamadas "ciencias blandas" (las mal llamadas "letras"tradicionales) corre el peligro de quedar aferrada al clavo ardiendo de los discursos vagos, los ensayos de opinión o a temáticas poético-místico-metafísicas de cuestionable legitimidad. El filósofo se torna entonces un híbrido de mago, teólogo y pensador "de omni re scibile", que habla mucho, aunque en el fondo diga bastante poco. En esa misma medida, la matemática se le hace una desconocida, cuando no un fantasmagórico espectro. Así, no son pocos los profesores de Filosofía que pasan de largo o como sobre ascuas por Galileo o Newton, Einstein o Hawking, la física o la matemática. Más ¿cómo decir una sola palabra en estos inicios del Siglo XXI sobre el mundo y la realidad, dejando de lado todos esos conocimientos y ciencias?

 

En la medida en que, por el contrario, la filosofía sólo reconozca como ciencias las denominadas "ciencias duras" (empíricas stricto sensu), se hace simple propedéutica, apoyatura procedimental, se queda en el tejado de Wittgenstein, sin escalera, leyendo revistas de divulgación científica, lamiéndose sus propias llagas y heridas. Al mismo tiempo constata, sin embargo, que el  mundo y la vida difícilmente se dejan cuantificar. Que, en la medida en que se cuantifica, la realidad concreta y palpitante se va alejando y difuminando sin remedio. Se descubre al mismo tiempo que la filosofía no sólo explica, predice, mide  y calcula, -como otras muchas ciencias- sino que aspira también a comprender. Y todo comprender -como dijo Dilthey- implica interpretar.

 

  Y por esos procelosos océanos de dudas y dilemas anda metida la filosofía. Llama, pues, poderosamente la atención -otra paradoja más- que buena parte de lo que se ha venido haciendo o diciendo  en los últimos siglos y años en el campo -ambiguo- de la filosofía proviene de científicos y matemáticos que se han sentido impulsados u obligados a traspasar los límites de su especialidad y se han puesto -a veces sin saberlo- a pensar sobre sus propios pensamientos y procedimientos, sobre sus propias limitaciones y presupuestos. Husserl y Russell, Frege y  Bergson, Wittgenstein, Hilbert o Gödel son sólo unos cuantos ejemplos de todo un cúmulo de matemáticos que acabaron haciendo filosofía. En otras palabras, ateniéndonos simplemente a lo acontecido en el último siglo, si bien muchos filósofos han dado la espalda a la matemática y a las ciencias empíricas en general, numerosos científicos  y matemáticos han abrazado a cambio el camino de la filosofía.

 

JUSTIFICACIÓN

 

Una buena amistad

En cualquier caso, el filósofo (sobre todo si se dedica a la compleja tarea de enseñar filosofía en un aula) debería hacerse mucho más amigo de la matemática y viceversa. Esta es ante todo un lenguaje peculiar y una forma de interpelar y analizar el mundo, una vía también de abrir las mentes de los alumnos a planteamientos más límpidos, menos simplistas. Hay quien cree que, por ejemplo, nada tienen que decirle a la filosofía las geometrías alternativas. Sin embargo, el hecho de que Lobachevsky considere demostrable que dos rectas que pasan por un punto pueden ser paralelas a una recta dada o que la suma de los ángulos interiores de un triángulo vale menos de 180 grados, si se sabe exponer con interés y sencillez en una clase (con pasión...) puede llegar a sembrar en los alumnos una multitud de preguntas y quizá también en unos cuantos un irrefrenable deseo de indagar y conocer sus posibles respuestas . De igual forma, que B. Riemann exponga seria y rigurosamente la posibilidad, por ejemplo, de atisbar otros mundos polidimensionales obtendría resultados muy similares e igualmente benéficos entre un cierto número de alumnos: muchos deberán enfrentarse así a la  pregunta de dónde acaba la realidad y comienza lo imaginado en el mundo, o cuál es el criterio de demarcación de lo objetivo y lo subjetivo en un determinado ámbito del saber. Si ninguna geometría es naturalmente consustancial a la mente humana, si lo que Euclides muestra como axioma evidente es cuestionable dentro de otro sistema, quizá el alumno (y de paso el profesor) aprendan también unas cuantas lecciones de amplitud de miras, incluso de tolerancia, vital y mental. Quien sostenga que eso no es ya filosofía, además de tener que justificar su afirmación, deberá explicar entonces qué es filosofía.

 

La matemática -asignatura-,  tan denostada e incomprendida por muchos, tan habitualmente separada de la vida del estudiante de carne y hueso, habituado sólo a identificar la respuesta correcta -única- como lo más importante del problema, se tornaría entonces un medio excelente para aprender a  contemplar el mundo como un complejo y rico poliedro en el que todas sus caras son válidas, en el que resulta ridículo creer que en un sólo sistema se halla el pensamiento matemático. Habrá quien piense que esta concepción de la matemática como invitación permanente a  indagar libremente por uno mismo la solución y el sistema de soluciones de un problema constituye ante todo una invitación al eclecticismo o al escepticismo. Se ignoraría en tal caso que el auténtico escéptico de la Grecia antigua, si nos atenemos a la etimología -skepsis- del término, es quien "examina algo con sumo cuidado", lo analiza con cautela y, al percatarse de la complejidad del problema, lejos de hacerse adepto ciego a una sola cara  y adversario de todas las demás, se siente obligado a comprender y profundizar en todas por igual. En otras palabras, la filosofía y la matemática actuales -sobre todo a su enseñanza- precisan de unas considerables dosis de sano escepticismo.

 

De hecho, siguiendo con etimologías, la matemática (mathema) es sobre todo indagación y proceso de aprendizaje, deseo de saber, de comprender, de inquirir... Es decir, toda una actitud y una actividad divergentes de la realidad cotidiana en no pocas aulas de matemáticas y filosofía (y de..., y de...). En esta misma línea, recuérdese, filosofía era y es una tendencia siempre inacabada hacia el saber, un producto del asombro y la admiración, una necesidad de preguntar y preguntarse, un relajado y profundo buceo por el mundo y por la vida.

 

La filosofía, de ser aún hoy algo, es una indagación y una propuesta de comprender racionalmente y vivir bien en el mundo, consigo mismo y con los demás, de llegar a realizarse plenamente como ser humano con los otros seres humanos.  Algo parecido a lo que los pitagóricos intentaron en sus comunidades con las matemáticas: una vía privilegiada de culminación de la plenitud del ser humano.

 

De nada sirve la enseñanza de una determinada materia si el estudiante no la interioriza, la hace carne de su carne. La mayor parte de las cosas olvidadas en la escuela no se deben a la flaqueza de la memoria, sino a que nunca ha penetrado realmente en los cerebros y las vidas. El objetivo principal de la educación debería ser siempre lograr que cada uno sea capaz de caminar por sí mismo hacia donde decida -libre y responsablemente- encaminar sus pasos. Cobra entonces pleno sentido el principio de que, más que enseñar filosofía (matemática) , hay que enseñar a filosofar (matematizar).

 

La filosofía y la matemática, sin embargo, encuentran especiales escollos a la hora de enseñarse en la escuela. En muchas otras materias basta (aunque en ningún caso sea loable o recomendable) "empollar" sin ningún tipo de implicación personal, retener de memoria los folios o el libro, reproducirlos en el examen. La filosofía y la matemática, sin embargo, necesitan tiempo y detenimiento, reflexión y análisis, enfrascarse en el problema y en la tarea, poner a menudo mucho empeño, buscar con denuedo el sentido o la solución, por muy huidizos o arduos que pudieren aparecer. Esa es, pues, una dificultad añadida a la tarea de enseñar filosofía y matemática.  Esa es también su grandeza. La de la matemática y la filosofía. La de la filosofía y la matemática.

 

 

Una Simbiosis del PENSAMIENTO FILOSOFICO-MATEMÁTICO en el  SIGLO XXI: ROGER PERONSE

"El Camino a la Realidad", de Roger Penrose, con ese título podría ser un libro pseudo-esotérico con "las claves del conocimiento supremo de la realidad absoluta", o "cómo acceder a la Realidad por el Único Camino", o algo por el estilo, que abunda mucho en las librerías. El subtítulo de la obra "Una guía completa de las leyes del Universo" no nos saca demasiado de dudas sobre si se trata de una obra científica o un manual de comportamiento sideral.

Algunos de sus epígrafes nos podrían recodar más a obras clásicas de la Fantasía (
JRR Tolkien, CS Lewis o Terry Pratchett, con sus imaginarias cosmologias), que a una sesuda obra matemática. Epígrafes de contenido tan sugerente y hasta poético como:

1.1. La búsqueda de las fuerzas que configuran el mundo
1.4. Tres mundos y tres profundos misterios
4.1 El número mágico "i"
16 La escalera del infinito
17.8 El abandono del tiempo absoluto
21.8 Los misteriosos "saltos cuánticos"
27.8 Agujeros negros
28.4 Cosmología inflacionaria
31.10 ¿Por qué no vemos las dimensiones espaciales extra?
34.6 ¿Qué es la realidad?
34.9 Belleza y milagros
34.10 Preguntas profundas respondidas, preguntas más profundas planteadas

 

Vivimos una única realidad con tres dimensiones: matemática, física y psíquica, señala Penrose. Gracias al hombre surge la unidad de esos tres mundos y se sientan las bases de una biofísica cuántica de la mente, según la cual un ordenador nunca podrá tener conciencia. La conciencia artificial requiere una nueva física capaz de explicar la conciencia, que en el modelo Penrose aparece asociada a la gravedad cuántica. Aunque la propuesta de Penrose es especulativa, constituye la contribución más importante hacia una explicación psicobiofísica del psiquismo, dentro de una visión holística de lo real que supera las estrecheces del reduccionismo de décadas anteriores y nos abre a una ciencia más humanística y, desde luego, mucho más cercana al diálogo con el teísmo.



Einstein quedó fascinado por la inteligibilidad del universo. Roger Penrose, experto en la Teoría de la Relatividad, se pregunta por la capacidad humana para ser consciente de un mundo cognoscible.  La conciencia, la mente y el psiquismo han sido temas generalmente estudiados por filósofos de la mente y relegados tácitamente del estudio científico por su afinidad a lo espiritual.


Provisto de un amplio registro fenomenológico, Penrose se aventura a explicar científicamente los procesos biofísicos que producen la experiencia consciente. No es tarea fácil. Es una opción de riesgo, ejecutada en terreno especulativo, cuyo desarrollado exige elevar el pensamiento hasta la cumbre intelectual.


Durante las dos últimas décadas, Penrose ha escrito varios libros que explican su modelo físico de la conciencia. Su última publicación, El camino hacia la realidad (2005), ofrece al lector una revisión crítica, novedosa y profunda sobre los entresijos de las teorías físicas y matemáticas, que lo acercan a una mejor comprensión de la realidad.


Se trata claramente de la obra científica culmen de quien ha conseguido una especial maestría para desenvolverse en los complejos mundos de la física y la matemática. Sólo en el último capítulo, tras más de mil páginas de física-matemática, subraya la estructura de la realidad a partir de tres mundos (matemático, físico y psíquico), como ya hiciera en obras anteriores. Esta guía completa de las leyes del universo es, digamos, el aval físico-matemático que origina y fundamenta su modelo biofísico de la conciencia.


Y es que existe entre nosotros una demanda real de explicaciones, científicas, pseudocientíficas o sencillamente maravillosas, sobre el funcionamiento y composición del
Universo. Roger Penrose, matemático y físico de prestigio, nos ofrece en este "monumento del conocimento" un repaso desde Ptolomeo hasta la antimateria, pasando por los fundamentos filosóficos del pensamiento de  Galileo, Kepler, Newton, Einstein y la física cuántica, para desarrollar  un completo estado de la cuestión del saber actual y de todos los instrumentos conceptuales para comprender la física, las matemáticas, y las leyes científicas que rigen el Universo. "Todo lo que hay que saber sobre el funcionamiento del espacio y el tiempo, la gravitación universal, la cosmología moderna, los últimos descubrimientos en termodinámica, la antimateria, los agujeros negros, el big bang y la formación del Universo".

 

Surge la inquietud filosofica si en  la nueva modelación de phisys  de Penrose alcanzará el estatus de la teoría definitiva de la conciencia. En la línea popperiana, que acentúa el carácter abierto de la ciencia, y conscientes del error de cuantos creyeron haber topado con una teoría final, consideramos que no es probable.


La teoría completa de la gravedad de Penrose será capaz de explicar la conciencia de forma limitada. Seguramente, la teoría que Penrose anticipa, u otra pensada por otro científico, logre explicar mejor los procesos biofísicos de la mente que producen conciencia. Hoy en día los desconocemos.
Conocer la mente biofísicamente abrirá nuevas puertas a la investigación en la modelación  cuántica de la conciencia. Sabremos con mejor aproximación lo que queremos como persona y deseamos  reproducir artificialmente. Toda esta ciencia permitirá, sin duda, mejorar la salud psíquica de los seres humanos. Ahora bien, no consideramos probable conquistar un conocimiento científico íntegro de la conciencia. Siempre quedarán elementos psíquicos de realidad más allá de la demostración científica formal. Las especulaciones teóricas de Penrose son hoy probablemente la contribución más importante hacia una explicación psicobiofísica del psiquismo, dentro de una visión holística de lo real que supera las estrecheces del reduccionismo de décadas anteriores y nos abre a una ciencia más humanística y, desde luego, mucho más cercana al diálogo con el teísmo.

 

La teoría de la mente de Roger Penrose

 

Lo que ha vuelto famoso a Penrose, además de criticado, es su teoría sobre la mente. El punto de vista de Penrose es que debe haber algo de naturaleza no computable en las leyes físicas que describen la actividad mental. Este argumento tiene como base el teorema de la incompletitud de Gödel, que habla de la imposibilidad de una demostración formal de una cierta proposición matemática, aunque para el entendimiento humano ésta sea de hecho verdadera. También en las ideas de Stuart Hameroff. Tanto Penrose como Hameroff postulan que la mente y el cerebro son dos entidades separables. Hameroff, médico anestesista, lo hace a través de sus estudios sobre los microtúbulos y el citoesqueleto celular, especialmente en las neuronas, mientras que Penrose lo hace desde el teorema de la incompletitud.


El modelo que defiende Penrose, junto con Hameroff, trata de explicar sucesos difíciles de entender a través de las neurociencias convencionales, y para ello se apoya en aspectos revisados de la teoría cuántica (por ejemplo, el concepto de coherencia), así como la existencia de un fenómeno físico, inédito hasta ahora, que parece darse en el interior de las neuronas cuando la función de onda cuántica se colapsa por sí misma en una reducción objetiva orquestada.

Sus consideraciones a favor de los orgánulos celulares mencionados se apoyan en varias sugerencias:

      
1. Estas entidades existen en todo tipo de células, con lo que habría una explicación para los comportamientos complejos de seres simples sin sistema nervioso neuronal, como el paramecio.
       2. Debido a que cada neurona contiene una cantidad enorme de microtúbulos, el poder de computación del cerebro se incrementaría en un factor de 10 a la potencia de 13.
       3. Dentro del microtúbulo podría existir un estado especialmente ordenado del agua, llamado agua "vicinal", que podría ayudar a mantener el estado de coherencia cuántica buscado.
       4. La acción de los anestésicos generales podría interferir en la actividad microtubular, hipótesis apoyada por el hecho de que estos anestésicos también actúan sobre seres simples. Ejemplo: amebas o paramecios.

 

Penrose sugiere que ninguna máquina de computación podrá ser inteligente como un ser humano, ya que los sistemas formales algorítmicos (o sea, los sistemas de instrucciones secuenciadas sobre los cuales están construidas las computadoras) nunca les otorgarán la capacidad de comprender y encontrar verdades que los seres humanos poseen.

 

Roger Penrose nació en el Reino Unido de Gran Bretaña , en Essex, en 1931. De formación  matemática, su relación con los físicos teóricos más famosos del momento, entre los que puede contarse el mismo Stephen Hawking, le hizo incursionar en este importante campo del conocimiento, haciéndolo de una manera tan elegante como profunda. Indudablemente, los problemas filosóficos que la ciencia sabe manifestar en sus investigaciones le llevaron también al estudio de esta ya vieja ciencia de las ciencias. Sin que haya habido en él una formación filosófica académica y sistemática, su profunda formación científica le ha permitido entrar en los problemas filosóficos con una admirable propiedad. Es actualmente profesor emérito de matemáticas en la Universidad de Oxford, y entre sus principales obras se encuentran: La nueva mente del Emperador; Las sombras de la mente; Lo grande, lo pequeño y la mente humana; El camino a la realidad; Cuestiones cuánticas y cosmológicas; La naturaleza del espacio y del tiempo; Técnicas de topología diferencial en relatividad.

 

 

OBJETIVOS

A.    Reflexionar sobre algunas nociones centrales del pensamiento filosófico matemático de ROGER PENROSE en el paradigma   educativo actual.

B.     Convalidar  la fuente del pensamiento  filosófico matemático de ROGER PENROSE  y su impacto educativo actual a través de sus aporte  más representativos.

C.     Interpretar los alcances  paradigmático de  enfoque filosófico matemático de ROGER PENROSE en el ámbito de la educación como formación de hábitos científicos .

D.    Relacionar las ideas filosófico-educativas expuestas en el temario con la docencia en matemática para la formación escolar institucionalizada.

 

 

 

TEMARIO

 

I.- TRES MUNDOS DE PENROSE Y LA REALIDAD DE LOS CONCEPTOS MATEMÁTICOS.

I.1 La realidad de los conceptos matemáticos.

I.2 La verdad matemática.

I.3 Los tres mundos de Penrose. Prejuicios y misterios.

 

II. ALGUNAS POSICIONES GNOSEOLÓGICAS.

II.1 El método científico y las herramientas de la ciencia.

II.2 La belleza y los milagros como parte del método científico.

II.3 Refutación del Falsacionismo de Popper.

II.4 Clasificación de las Teorías.

 

III. EL ACCESO DEL HOMBRE A LA REALIDAD.

III.1 Relatividad general y teoría cuántica, ¿Teorías certeras sobre la realidad?

III.2 El mundo platónico de las ideas matemáticas, ¿una teoría del todo?

 

IV. EL UNIVERSO, EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA, EL PRINCIPIO ANTRÓPICO Y EL DETERMINISMO UNIVERSAL.

IV.1 ¿El universo y la conciencia como actos de la Creación?

IV.2 La necesidad del Principio Antrópico para explicarse el fenómeno de la evolución de la conciencia.

IV.3 El Principio Antrópico y el asunto de los muchos universos.

IV.4 El determinismo universal, la insuficiencia de la física y la naturaleza necesariamente no algorítmica del enlace de los mundos clásico y cuántico.

 

V. INTELIGENCIA ARTIFICIAL. EL PROBLEMA MENTE-CUERPO Y EL ORIGEN DE LA CONCIENCIA.

V.1 Penrose y la Inteligencia Artificial Fuerte en relación con el problema mente-cuerpo.

V.2 Conciencia, Cerebro y Teoría Cuántica.

V.3 Escisión del cerebro, individualidad humana y no verbalidad del pensamiento.

V.4 Manifestaciones pasivas y activas de la conciencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

METODOLOGÍA Y EVALUACIÓN

Duración:  30 Hs presenciales.    08 semanas de lapso.   4hs por sesión semana en microtaller

 

Metodología

1.      Los temas se estudiarán mediante la exposición argumentativa  del profesor y el comentario y discusión de cuestiones problemáticas propuestas para cada tema con difusión a través del  BLOG personalizado del graduando.  Estas cuestiones constarán en los guiones temáticos que figuran como enlaces en la web site del seminario .

2.      Como actividad individual los graduandos deberán contestar a estas cuestiones y participar en su discusión en foro dentro del aula y en los espacio de encuentros académicos a lo largo de la duración del seminario.

3.      Como actividad común, se desarrollarán eventos institucionales en función de la dinámica del desarrollo del seminario como contexto de validación de aprendizajes adquiridos por los graduando.

 

 

Evaluación

  1. Hay un único examen de aprobación final , que consistirá en una disertación sobre una cuestión, a elegir entre las  propuestas del temario y que se desarrollara en forma virtual a través de BLOG en forma continua y un cierre  presencial dentro de  un evento institucional organizado por los graduandos..

  2. Para optar a esta opción  deberá acreditarse el interés del graduando mediante la participación en clase y los trabajos voluntarios reseñados en el blog personal .

 

 

 

 

 

 

 

A. A.

Contenidos

 

Competencias, Objetivos e

Indicadores *

Estrategias de enseñanza y

Activ. de Aprendizaje * *

Estrategias de

Evaluac. ***

Recursos

Didácticos

 

 

I.- TRES MUNDOS DE PENROSE Y LA REALIDAD DE LOS CONCEPTOS MATEMÁTICOS.

 

II. ALGUNAS POSICIONES GNOSEOLÓGICAS.

 

III. EL ACCESO DEL HOMBRE A LA REALIDAD.

 

IV. EL UNIVERSO, EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA, EL PRINCIPIO ANTRÓPICO Y EL DETERMINISMO UNIVERSAL.

 

V. INTELIGENCIA ARTIFICIAL. EL PROBLEMA MENTE-CUERPO Y EL ORIGEN DE LA CONCIENCIA.

 

 

 

-    Respete las normas y valores inherentes al intercambio comunicativo en la familia, la escuela y la comunidad, argumentando las ideas, opiniones y puntos de vista sobre temas variados.

 

-  Que sea capaz de identificar y diferenciar la estructura general de diversos tipos de textos.

 

 

 

 

- Debate para la participación hablante- oyente.

 

- Exposiciones grupales para el desarrollo de las habilidades y destrezas del alumno.

 

- Ejercicios Evaluativos.

 

- Ejercicios Evaluativos.

 

- Composiciones escritas para poner en manifiesto el desarrollo afectivo del alumno.

 

- Ejercicios Evaluativos.

 

- Trabajos individuales para el desarrollo de autonomía e independencia del alumno.

 

- Escala de Estimación.

 

- Registro descriptivo.

- lista de cotejo.

 

- Prueba de completación.

 

- Prueba de  V  y   F

 

- Registro descriptivo.

- lista de cotejo.

 

- Prueba de desarrollo.

 

- Mapa conceptual.

- Registro de Avance.

 

 

- Internet, libros, portafolio.

 

- láminas, retroproyector .

 

-  Examen.

 

-  Examen

 

- Textos, creatividad.

 

 

- Examen.

 

- Blog.

- Anexos.

- Investigación

 

 

       *   Ejes Transversales: Valores, Pensam. Lóg.-Mat., Amb., Trab., Leng.  PEIC.  Mapas Conceptuales

    * *   Incluye actividades permanentes relacionadas con : Vocabulario, propiedades y aplicaciones Matem.

 * * *  Con registro descriptivo continuo en el blog personal del desarrollo formativo del graduando.

 

 

 

 

BLOQUES DIDACTICOS

Clases

Cont.

C1

C2

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C4

C5

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virgilio

martes, 13 de abril de 2010

inversión magnetica.....nacimiento del sol...



  • El 3 de Enero del 2010, hacia las 15 Hrs TU, comenzo los últimos 10 Segundos Galácticos (1.083 días).
  • El 21 de Abril del 2010, hacia las 23 Hrs, comienzan los últimos 9 Segundos Galácticos (975 días).
  • El 8 de Agosto del 2010, hacia las 7 Hrs, comienzan los últimos 8 Segundos Galácticos (866 días).
  • El 24 de Noviembre del 2010, hacia las 15 Hrs, comienzan los últimos 7 Segundos Galácticos (758 días).
  • El 12 de Marzo del 2011, hacia las 23 Hrs, comienzan los últimos 6 Segundos Galácticos (650 días).
  • El 29 de Junio del 2011, hacia las 7 Hrs, comienzan los últimos 5 Segundos Galácticos (541 días).
  • El 15 de Octubre del 2011, hacia las 15 Hrs, comienzan los últimos 4 Segundos Galácticos (433 días).
  • El 31 de Enero del 2012, hacia las 23 Hrs, comienzan los últimos 3 Segundos Galácticos (325 días).
  • El 19 de Mayo del 2012, hacia las 7 Hrs, comienzan los últimos 2 Segundos Galácticos (216 días).
  • El 4 de Septiembre del 2012, a las 15 Hrs, comienza el último Segundo Galáctico (108 días).
  •  


    Estamos habituados a ver que el Sol nace por el Este. El 21 de marzo, primer día de la primavera en el hesmiferio norte, el Sol se encuentra siempre en el mismo sitio, tanto en altura como en latitud; nace en el mismo lugar del horizonte y llega a su punto de máxima altura también en el mismo lugar. 
    A partir de este hecho, los antiguos científicos calcularon la precesión del zodíaco. Hasta aquí todo es normal, pero ¿había sido siempre de la misma manera? ¿El Sol siempre había nacido en el mismo sitio? En las antiguas escrituras podemos encontrar testimonios de catástrofes que hicieron que la Tierra "se diera vuelta".

     

    Después de eso, nada fue igual. Esta alucinante frase proviene del Libro Egipcio de los Muertos:

    "Puse el Sol en un nuevo horizonte". : después de que la corteza terrestre se corrió, el Sol se elevó en otro lugar del horizonte. Si se tiene en mente esto, todos comprenderán esta extraordinaria frase. Quien  vive en Suecia, sabrá que en verano el Sol casi no se oculta y que su luz brilla todo el día (el famoso sol de medianoche). En el ecuador, la historia es totalmente diferente; allí, el Sol "se acuesta temprano" y en pocos minutos desaparece por completo. Los turistas que visitan islas exóticas lo saben muy bien: en un instante hay resplandeciente luz de día y al siguiente una repentina oscuridad.

    Es como si el fin de los tiempos hubiera sobrevenido tan rápido como un relámpago. Imagínese ahora que vive en Inglaterra y que, de repente, se produce un deslizamiento de la corteza terrestre; de improviso, su ciudad es trasladada a regiones tropicales a miles de kilómetros de distancia.

     

    Para todo aquel que sobreviva, será evidente que el Sol saldrá y se pondrá en un lugar completamente diferente. No es necesario ser astrónomo para probarlo. Al igual que en los trópicos, el Sol aparecerá en otro punto, permanecerá a mayor altura en el cielo, brillará más intensamente y se ocultará mucho más rápido.
    Bueno, esto es sólo una parte de la historia.

     

    En su informe sobre Egipto, Heródoto escribió una nota marginal sumamente enigmática. Literalmente dice que los egipcios le habían asegurado "que el Sol nació dos veces en donde ahora se oculta".

     

    Hasta ahora los científicos han ignorado este sorprendente comentario y se distancian de él lacónicamente. Muchos escritores han investigado en vano posibles explicaciones, pero la famosa cita del segundo libro de Heródoto sigue poniendo a prueba la sabiduría de los comentaristas. Por supuesto que usted puede cuestionar la credibilidad de las afirmaciones de los sacerdotes; tiene todo el derecho de hacerlo. También se puede poner en duda la exactitud de la trascripción de Heródoto.

     

    Aun así, ello no aclarará las cosas pues un escritor latino, Pomponio Mela, escribió en el primer siglo lo siguiente:

    "En los auténticos anales de los egipcios se puede leer que el curso de las estrellas ha cambiado de dirección en cuatro oportunidades, y que el Sol se puso dos veces en donde ahora nace"

    (De situ orhis: 9,8).

    Aquí, Mela corrobora lo que escribió Heródoto. ¡No sólo el Sol sino también las estrellas cambiaron la dirección de sus trayectorias! Cuando pensamos en esto, se produce un nuevo código. En lugar de aparecer en el Este, lo hizo en el Oeste y viceversa.


    Por lo tanto, el código de los egipcios tiene un doble significado. No sólo la altura en la que el Sol nacía era diferente, ¡sino también la dirección en que se movía!

     

    En el Papiro de Ipuwer se establece lo siguiente:  "La Tierra gira como una rueda de alfarero".

    Y el Papiro de Harris apunta: "Si el Sur se transforma en el Norte, fuego y agua arrasarán la Tierra mientras da vueltas".

    No puede retratarse una catástrofe con mayor claridad. Esta clase de advertencia prueba que el campo magnético de la Tierra se invirtió. Por supuesto, esto requiere una explicación más profunda.
     


    Cuando el Este se vuelve Oeste
    Todos saben que la Tierra gira alrededor del Sol y que éste no se mueve. La rotación de la Tierra es la causa de su aparente movimiento. ¿Cómo es posible qué el Sol aparezca de repente del otro lado?

     

    Bueno, la explicación es sencilla, pero primero echemos otra mirada atenta al movimiento de la Tierra; ésta se desplaza en dirección contraria a la del nacimiento del Sol.

    Las direcciones del mundo acompañadas de sus correspondientes colores,

    según los científicos mayas.
     

    En un sentido práctico, quiere decir que su movimiento es opuesto al de las agujas del reloj, es decir, de Oeste a Este. A modo de ilustración para sí mismo, trace un movimiento circular con su mano.

     

    Comience en el punto en que el sol se pone y encontrará el sol con su mano, de derecha a izquierda. Interrumpa la lectura e inténtelo porque sólo así, mediante este simple mecanismo, advertirá que el Sol nace en el Este y se pone por el Oeste. Ahora procure imaginar la misma situación durante la catástrofe. Los polos se invierten.

     

    Y, por supuesto, aquí se encuentra la explicación de la misteriosa cita de Heródoto: ¡la conversión del Polo Norte en Polo Sur significa que el interior de la Tierra gira en la dirección contraria! ... La corteza externa, desde luego, tiene que acompañar este movimiento y no lo hace sin protestar. Debido a la inversión, las áreas terrestres se desmoronarán, y titánicos terremotos y olas gigantes atormentarán a toda la Tierra. Algunos continentes se hundirán, mientras que otros se elevarán. No podemos imaginar una pesadilla peor. Después de que los elementos se calmen, en un 2012 será evidente que la Tierra habrá invertido la rotación, pasando a girar en el sentido de las agujas del reloj, de izquierda a derecha.

     

    Ahora invierta el movimiento de su brazo: comience por donde el Sol nace en este momento y acompañe el desplazamiento, de izquierda a derecha. Trate de comprender que, después de la catástrofe, se está dirigiendo hacia donde sale el Sol, ¡porque la Tierra gira en el sentido de las agujas del reloj! ¡Esto significa que el Sol, de manera inevitable, aparecerá en el Oeste y no por el Este!..... Ya ha sucedido antes muchas veces, según lo prueban los textos de la pirámide traducidos por K. Piehl en su libro Inscriptions Hiéroglyphiques [Inscripciones jeroglíficas] ("L'ouest qui est á FOccident" [El oeste que está en Occidente], p 65): "La fuente de la luz cesó de vivir en el Oeste. Una nueva ahora aparece en el Este".   Un poco más adelante, el texto aclara lo siguiente:  "El Oeste, es decir, donde el Sol se pone".
     
     

    En tiempos pasados, esto era al revés. En los Ancient Records of Egipt, Part III [Antiguos Archivos de Egipto, III Parte], de Breasted, las inscripciones inequívocamente explican lo siguiente:  "Ella, Harakhte, nace en el Oeste". ... Harakhte es el nombre egipcio para el Sol en el Oeste. Los hechos astronómicos de la tumba de Senmut, el arquitecto de la reina Hatshepsut, prueban que ésta es la traducción correcta. No lejos del Valle de los Reyes, Hatshepsut construyó el templo mundialmente famoso donde su arquitecto estaba pintado en los nichos del corredor central.

     

    La tumba de Senmut está situada al norte del camino que conduce al templo. La composición arquitectónica de éste es en extremo impresionante; incluye una sucesión de terrazas y portales alargados, que se recortan bellamente contra la falda vertical de la montaña; la escalera que lleva a una terraza se encuentra cerrada por un doble pórtico. La esquina noroeste del edificio está dedicada a Anubis - el dios con cabeza de perro -, que supervisaba las momificaciones.

     

    Su figura está pintada en las paredes del vestíbulo de doce pilares. En el centro de la pared del fondo hay un corredor pequeño abovedado que conduce a los santuarios. En un nivel más alto del edificio hay una terraza cuyo patio tiene un altar solar cuadrado que mira al Norte, lo que prueba que los egipcios eran "adoradores del Sol".


    Teniendo en cuenta el papel principal que ocupó el Sol durante los catastróficos acontecimientos que llevaron a la inversión de los polos, esto es bastante lógico y nos trae de regreso a la tumba del arquitecto de este edificio. El templo mantiene un secreto bien guardado desde tiempos antiguos. En el cielo raso hay un panel que muestra el hemisferio sur del cielo.

     

    Podemos pensar que eso no tiene nada de especial, hasta que lo estudiamos con un poco más de atención. Los signos del zodíaco y otros signos astrales no están pintados tal como hoy los conocemos, sino que aparecen con una orientación invertida. El grupo Orión-Sirio ocupa el centro del panel sur del cielo raso de Senmut; sin embargo, aquí Orión está en el lado occidental en vez de estar del lado oriental de Sirio, como si fuera una imagen especular...... Para los astrónomos, esto es una locura total.

     

    En The Astronomical Ceiling Decoration in the Tomb of Senmut [La decoración astronómica del cielo raso de la tumba de Senmut], A. Pogo escribe lo siguiente:  "El panel sur está orientado de tal forma que quien se encuentra en la tumba y desee mirarlo tiene que alzar la cabeza y mirar al Norte, no al Sur".    Otros astrónomos también están desconcertados y se preguntan por qué los egipcios lo hicieron así, pues lo encuentran completamente ilógico ya que con la orientación de la imagen especular parece que Orion se mueve hacia el Este, es decir, en la dirección equivocada.

     

    Sin embargo, Heródoto dio una explicación convincente y todavía hay otra. Para los egipcios, Orión era el sistema estelar más importante y colocarlo fuera de su lugar debía haber significado una blasfemia, razón por la cual tenemos que encontrar la explicación en su religión. Todos los eventos que ocurrieron durante la catástrofe precedente ocupan un lugar especial: Después del inmenso cataclismo, los polos se invirtieron; el Sur se transformó en el Norte, lo que implica que el Este y el Oeste también se intercambiaron, y aquí encontramos la motivación que inspiró al arquitecto.


    Al colocar a Orión en una posición invertida, mostró que se había producido una inversión de los polos y que las direcciones del viento habían cambiado; más claro no pudo haber sido. Mientras tanto, también hemos aprendido que las pirámides de Gizeh fueron ubicadas según la constelación de Orion y, para asombro de todos, ¡vistas desde el cielo, ellas también forman una imagen especular!

     

     Orión ocupaba la posición de código astronómico durante el año de la previa inversión de la Tierra: Venus hizo una curva de retroceso planetario sobre Orión y, después de ello, intensos terremotos y estallidos volcánicos atormentaron a Aha-Men-Ptah. Esa curva de retroceso de Venus sobre Orión ilustra la inversión del campo magnético de la Tierra. Este castigo que lo destruyó todo fue un acto de furia de Ptah - el dios todopoderoso -por haber sido desobedecido.

     

    En El Político, Platón escribió:  "En ese tiempo, se producirá en todas partes una enorme extinción de animales y sólo sobrevivirá una pequeña parte de la humanidad". .. Que ésta sea una advertencia para todos los que no creen en el poder de predicción de la profecía de Orion.


    En el Libro Egipcio de los Muertos se menciona que la posición de código de Venus sobre Orión durante el cataclismo precedente transmite una advertencia: cuando Venus llegue a una posición similar, el fin estará próximo. 
    En el año 2012, Venus realizará el mismo movimiento, salvo que será la imagen especular del movimiento que hizo en el año de la desaparición de Atlántida.Quienes no creen en esto serán destruidos en la catástrofe y les sucederá lo que Eurípides escribió en Elecira: "El Sol retrocedió con el látigo de su cólera, lleno de ira, y recompensó a los mortales con desastres". En Timeo, Platón describe esto más poéticamente todavía: "La Tierra será presa de vientos tormentosos, las aguas de una inconmensurable inundación lo desbordarán todo, mientras la Tierra se mueve sin cesar yendo a la deriva y extraviándose en todas direcciones".
     

    La inversión no es un fenómeno afable, digámoslo con claridad. Todas las civilizaciones del mundo poseen mitos y leyendas que describen lo horrible que fue. Los chinos y los hindúes, como así también los mayas, tienen otras numerosas historias sobre eventos devastadores de nuestro planeta.  Según el relato cosmogónico de los lapones, casi todos los seres humanos murieron cuando los huracanes y un inmenso maremoto abrumaron al mundo: "El centro mismo de la Tierra temblaba. Las capas superiores habían desaparecido. Mucha gente fue sepultada y murió. Y Jubmel. el Señor del Cielo, envió su terrible enojo en forma de serpientes de fuego, rojas, azules y verdes. La gente se cubría los rostros y los niños gritaban de miedo".

    El dios airado dijo:

    "Daré vuelta al mundo de arriba abajo. Me ocuparé de que el mar se convierta en una pared montañosa, que arrojaré sobre ustedes, malvados hijos de la Tierra".

    Esta descripción narra exactamente lo que sucedió durante la inversión de los polos precedente: terremotos, montañas que se elevaron y hundieron, rayos, una pared de agua, el Sol que desapareció, y así sucesivamente. Estos espantosos hechos dejaron una impresión profunda en los pocos sobrevivientes. Habían sido espectadores desesperados, que observaban impotentes mientras se acumulaban inconmensurables mareas y la Tierra se volvía un enorme campo de batalla. Al mismo tiempo, el cielo mostraba un enorme espectáculo: estrellas y planetas cambiaban de improviso su curso, y la Luna y el Sol se sacudían.


    A causa de las luces polares, irradiadas por las tormentas de Sol, parecía como si la atmósfera ardiera en llamas. La inversión de los polos es tan devastadora y atemorizante que, en pocas palabras, el temor más indescriptible no es tan horrible si se lo compara con esta pesadilla.  
    Por eso en el mundo entero hay tantas tradiciones escritas en las que se describe un cataclismo mundial.

     


    Períodos de tiempo zodiacal invertido
    Comprendemos muy bien que este tipo de catástrofe es colosal, pero ¿cuáles serán las consecuencias reales? ¿Cómo es posible describir científicamente el movimiento del Sol después de cada inversión de los polos?

     

    ¡El Sol no sólo se levantó en otra dirección, sino que también la Tierra alcanzó otra era! Y esto se produjo como consecuencia de que su corteza se deslizó sobre el núcleo al comenzar éste a girar en sentido opuesto. Una solución complicada aunque lógica.

     

    Pero ¿cómo se lo comunicamos a nuestros descendientes? ¿Con qué medios es posible explicarles adecuadamente esto sin causar confusión?

     

    Y aquí nos topamos con la obra maestra de este antiguo culto de sabiduría: el curso del zodíaco. Éste oculta los únicos códigos astronómicos posibles que describen o indican con precisión los diferentes cambios que pueden esperarse.

     

    Ellos son:

    • En primer lugar, el zodíaco describe un período exacto de tiempo: su calendario cuenta los años que el Polo Norte necesita para completar un círculo: 25.920. en total. En el transcurso de ese tiempo, el verdadero Norte se moverá paso a paso a través de las diferentes eras. Esto tiene validez universal y puede compartirse con las generaciones venideras, a pesar de que nos separe un período muy largo.

       

      Por ejemplo, podemos determinar que en el año de aquella era la Tierra soportó una catástrofe; podemos otorgarle a esto una implicación profética. Y esto servirá para nuestro propósito, no por su fondo esotérico sino por el trasfondo científico para el que fue diseñado.
       

    • En segundo lugar, el zodíaco es la señal de un cambio en el movimiento del Sol. Debido a que después del desastre precedente éste salió del otro lado del mundo, la Tierra comenzó a cruzar las eras zodiacales con secuencia invertida. Esto es absolutamente comprensible. Además arroja nueva luz sobre el uso del zodíaco.

       

      Los indicios son contundentes e implican al mismo tiempo una advertencia para nosotros: ha sucedido muchas veces con anterioridad y volverá a ocurrir innumerables veces.
       

    • En tercer lugar, el zodíaco contiene una señal exacta del cambio de la precesión. El zodíaco fue perturbado en su totalidad tras cada desastre precedente. Más aún, por  la catástrofe del año 21312 a.C.  , la Tierra fue a parar a otra era zodiacal a través de un cambio repentino de 72 grados. ¡El calendario volvió a comenzar a partir de ese punto!

    La catástrofe del año 9792 a.C. fue la más grande y, de allí en adelante, el curso del zodíaco se invirtió, prueba de una inversión de los polos.

     

    Sin embargo, bastante curiosamente, y después de mucho andar a la deriva la Tierra se detuvo en la misma era, pero un poco más adelante. A qué era seremos catapultados esta vez es pura conjetura, pero es matemáticamente cierto que entrañará una enorme catástrofe. Cuanto más largo es el período que media entre las colisiones, más poderosas serán las fuerzas contenidas y sus descargas.

     

    Por esa razón el zodíaco era "sagrado" para los egipcios: les recordaba la manera en que las catástrofes recurrentes podían afectar a la Tierra y específicamente a su civilización. Eran felices cuando llegaban a una nueva era sin que hubiera habido destrucción, y entonces honraban a su dios Ptah con construcciones espectaculares; las numerosas esfinges de las Eras de Tauro y Aries son ejemplos contundentes de ello.

     

    El monumento espiritual más grande que nos legaron, la Esfinge, también señala la catástrofe precedente que destruyó por completo su tierra de origen. En el año 9792 a.C. - en la Era del León - su patria, Aha-Men-Ptah, se hundió en un día y una noche en las aguas tempestuosas y finalmente fue cubierta por hielo. En la actualidad, esta civilización hace largo tiempo perdida yace bajo toneladas de hielo en el Polo Sur.

     

    Por esta razón no hallamos sus edificios y los científicos dudan de los relatos que giran en torno a este tema. Por la misma razón tampoco toman en serio la catástrofe venidera. Sin embargo, si estudiaran los antecedentes científicos del zodíaco con más atención, su escepticismo pronto se transformaría en temor.  La astronomía y especialmente la teoría del ciclo de las manchas solares de los mayas y de los antiguos egipcios con toda seguridad les provocarían estupor.

     

    Nuestros ancestros nos advirtieron mediante mensajes cifrados conocían los mecanismos que se ocultaban detrás de los cambios atmosféricos y terráqueos más grandes. Con precisión incomparable siguieron el zodíaco, lo pintaron y calcularon la fecha de la catástrofe precedente, para asegurar su conocimiento sobre esto.

     

    Los descendientes, sobrevivientes de la descomunal catástrofe, nos previenen a través de sus mitos y fórmulas astronómicas y matemáticas exactas y nos informan que ahora es nuestro turno.  La Tierra girará en dirección contraria y una ola gigantesca destruirá casi toda vida.
     

    Después de miles de años de observaciones, los ancestros de los mayas y de los antiguos egipcios

    hicieron un amplio uso de cifras astronómicas increíblemente exactas.

    Hicieron escrupulosos cálculos relacionados con las posiciones planetarias.

     

     

     

    Estas inversiones de los polos se pueden probar con la ayuda de rocas pirogénicas. Los datos geológicos muestran que las inversiones se produjeron incontables veces en el pasado, pero los científicos aún no tienen ni la menor idea sobre el mecanismo que los causa.

     

    Para ellos continúa siendo un enigma por qué los polos precedentes se hallaban en diversos lugares; hace mucho tiempo, por ejemplo, el punto central del Polo Norte se encontraba en China y, en otro momento, en Madagascar. La lava solidificada que presenta un magnetismo inverso, cientos de miles de veces más fuerte que el campo magnético de la Tierra, así lo prueba; revela también el carácter de los poderes que estaban en actividad en aquel momento, ya que se encuentran extensas corrientes de lava dondequiera que se puedan detectar las polaridades invertidas.


    Los enigmas con los que se enfrentan astrónomos, geólogos, físicos y ele-más se pueden resolver en una sola instancia con las teorías catastróficas de los antiguos egipcios y mayas.

     

    Ellos sabían que cuando el haz de un rayo impacta con un imán, los polos se invierten. Los rayos de luz del Sol - o, dicho de manera científica, las tormentas solares - también pueden provocar ese fenómeno en la Tierra pues, a fin de cuentas, ésta es un gran imán. En el instante en que las partículas ionizadas de una tormenta solar se abran paso hasta llegar a los polos, se producirá un gigantesco cortocircuito. Del mismo modo que en un imán común, el Polo Norte magnético permutará su lugar con el Polo Sur magnético.

     

    La Tierra comenzará a girar en sentido contrario, con catastróficas consecuencias para la humanidad, como lo prueba abundantemente la polarización invertida del magma enfriado encontrado por los geólogos. Por esta razón los mayas y los antiguos egipcios temían tanto este fenómeno. Sabían que, si la Tierra volviera a hacer un cortocircuito, su núcleo se invertiría de improviso, al tiempo que un terremoto colosal la haría temblar.

     

    El zodíaco de Dendera prueba de un modo más que claro

    el conocimiento astronómico de los antiguos egipcios.

     

    Todo - seres humanos, animales, árboles, edificios, etc. - sería reducido a pedazos. Algunas partes de la Tierra descenderían y otras ascenderían, provocando fallas y-grietas. La lava correría por la tierra resquebrajada ejerciendo su efecto destructivo sobre la vida; luego, la corteza exterior de la Tierra se quebraría y se desplazaría miles de kilómetros en tan sólo un par de horas.


    Las estrellas desaparecerían y el cielo se desplomaría; ciclones y huracanes azotarían a la Tierra trayendo consigo destrucciones masivas. Más tarde, debido a las fuerzas inerciales, los mares entrarían en colisión con los continentes, arrastrando rocas, arena y animales marinos, y entonces, mientras los habitantes tratan de escapar, vastas partes de tierra resbalarían bajo las salvajes aguas arrastrando a la gente petrificada. La catástrofe sería cada vez mayor y los últimos sobrevivientes intentarían desesperadamente encontrar un lugar seguro.

     

    Sin embargo, sólo a unos pocos se les garantizaría la supervivencia porque la Tierra, con sus lagos inclinados, terrenos que se hunden, fuegos sofocantes, volcanes enfurecidos, vientos huracanados y colosales terremotos, arrastraría consigo casi todo lo que reste de animales y seres humanos. Al mismo tiempo, los enormes logros de la civilización actual desaparecerían por completo y casas, templos y bibliotecas serían destruidos en un mar de agua. Los equipos de comunicación se anularían y las reservas de comida y energía se destruirían; en resumen, no quedaría nada, excepto descomunales ruinas.

     

    Sólo en un día, unas regiones de la Tierra pasarían a tener clima polar, en tanto que las regiones que actualmente tienen clima polar serían catapultadas a climas mucho más cálidos.
     

    Debido a que los sacerdotes de este antiguo culto estudiaron con atención el Sol, tal vez hayan visto con nitidez las dos inversiones interrumpidas previas. Nadie habría podido dejar de ver una actividad tan intensificada. Teniendo esta fórmula teórica a su disposición, lo único que debían hacer era proyectar los datos en el futuro para calcular el siguiente punto.

     

    Y así es como pudieron calcular la fecha exacta, ¡prediciendo el fin de su propia civilización en 9792 a.C.!

     

    Junto con la inversión de los polos terrestres, enormes terremotos,

    estallidos volcánicos y tormentas asolarán la superficie de la Tierra

    Durante estos apocalípticos eventos, casi toda la humanidad perecerá.


    Estaban completamente convencidos de que estaría acompañado de una temible cantidad de violencia cósmica. Después de todo, la tercera inversión coincide con la normal de un ciclo de manchas solares. ¡Ello implica que las fuerzas están amplificadas muchas veces, en lugar de interferirse! Tal vez de ahí provenga la expresión "la tercera es la vencida".


    Miles de años después, los descendientes de este culto de sabiduría calcularon la próxima inversión polar del año 2012, pero, debido a que todo este conocimiento superior se ha perdido, no nos ha llegado una advertencia oficial de que avanzamos ciegamente hacia nuestro fin.

     

    Por más desarrollada que sea nuestra tecnología, la inversión de los polos nos llevará a la pérdida de todo nuestro conocimiento: el Armagedón, el definitivo fin de la humanidad.



    Teóricamente, transcurridos 1.924 años se puede ver una primera desviación en el décimo ciclo largo de las manchas solares, lo que podría provocar un aumento de la actividad solar. Una vez duplicado este período (3.848 años), la desviación es clara. Implica la inversión del campo magnético. 
    Debido a que ésta tiene lugar después de dos tercios (66,6%) de un ciclo de manchas solares de 11.567 años, no involucra una inversión feroz ni siquiera una inversión interrumpida.

     

    Lo mismo se puede decir respecto del siguiente cambio. No es sino hasta la tercera inversión cuando podemos hablar de un cambio que todo lo arrasa, porque entonces coincidirá con la inversión del correspondiente ciclo de las manchas solares. En ese momento, la energía del Sol aumentará la fuerza de su radiación y enviará una gigantesca nube de plasma hacia la Tierra.

    Este cataclismo universal, y sólo él, puede explicar, en un paso,

    • decenas de enigmas actuales referidos a la física, la biología, la geología y demás

    • prueba también que el centro de los polos se puede situar en otros lugares de la Tierra y explica por qué se han encontrado restos de bosques tropicales en el Polo Sur

    • por qué hace doce mil años tantas especies, como el mamut y el tigre de dientes de sable, se extinguieron

    • por qué hace años grandes partes de Europa y de Estados Unidos se encontraban debajo de millones de toneladas de hielo

    • por qué se hallaron mamuts congelados, aún con comida en la boca, en Siberia

    • por qué se pueden rescatar esqueletos de ballenas en los montes Himalaya

    • por qué existen tantos mitos en todo el mundo que hablan de una enorme catástrofe que casi destruyó a la humanidad

    En resumidas cuentas: con una teoría se responden muchas preguntas.


    Todos estos hechos y los mensajes de los antiguos científicos nos proporcionan testimonios e informes oculares de las repetidas aniquilaciones polares. Sin embargo, estos importantísimos sucesos históricos son ignorados : Sorda y ciega, nuestra civilización encontrará su fin. 
    Cualquiera que sea capaz de pensar con lógica entenderá de dónde provienen los "números sagrados" de los egipcios.


    Descifrar la serie completa de los códigos de los mayas y del zodíaco egipcio es posible, pero únicamente si, para decodificarlas, estas obras maestras de los científicos de la antigüedad se toman en conjunto. 
    Es tiempo de que rindamos respeto a aquellos científicos altamente desarrollados y a sus conocimientos. Entonces podremos hacer que suene la alarma en todo el mundo y tratar de ayudar a que al menos una parte de la humanidad sobreviva. Ése es mi objetivo fundamental.  O bien encontraremos nuestro Armagedón o sembraremos las semillas de una nueva civilización que nos sucederá.
     
     

    Para describir la teoría del ciclo de las manchas solares con un lenguaje matemático es necesario contar con una increíble cantidad de información de geometría espacial (por ejemplo, conocer el volumen y la superficie de las esferas), de cálculo de elipses, y disponer de un gran número de otras complejas habilidades matemáticas. Los papiros egipcios y el desciframiento del Códice Dresden prueban que ellos tenían esos conocimientos. Y, lo que es aún más importante, también conocían las ecuaciones integrales y diferenciales pues, de lo contrario, ¡es imposible calcular el ciclo de las manchas solares!


    Es bastante lógico conjeturar que, al tener tanto conocimiento a su disposición, ¡conocían también las leyes de Kepler y Newton! En general, se pueden descubrir con muchos menos conocimientos. 

    Cuando se realizan investigaciones más extensivas de sus construcciones y de su manera de codificar, se tropieza con el número 666, el número del Apocalipsis.  Se relaciona con una desviación en el ciclo de las manchas solares.


    Un culto de sabiduría olvidado
    ¿De dónde provenía ese conocimiento? Les llegaba de sus ancestros, los habitantes de Aha-Men-Ptah.  El egiptólogo Albert Slosman tradujo la historia de los templos de Dendera, Edfú y Esna, lo que pemitio
    descifrar el Códice Dresden de los mayas. Esto  proporcionó la seguridad absoluta de que la historia no era inventada y de que provenía de algo que el hombre había dejado en la noche de los tiempos; era el legado de una civilización perdida que había desparecido en un desastre catastrófico.

     

    La pregunta clave ahora es la siguiente: ¿se puede recuperar parte de su herencia? La respuesta es "sí". Los artefactos en los que apoyaron sus mitos y sagradas escrituras se encuentran en el legendario Laberinto, según lo describió Herodoto.

     

    También allí podemos encontrar las obras científicas en las que basaron su teoría del desastre; la recuperación de una pequeña parte de este saber provocará una revolución mundial. Revela el software del programa computacional que lleva a la fecha exactamente calculada del "fin de los tiempos", el definitivo Apocalipsis de la humanidad.


    La conciencia de este "fin" fue la base de sus ambiciosos proyectos de imitación del cielo: reflejaron en el suelo lo que había sucedido en el cielo y lo que volvería a suceder. Ésta era la médula de la religión y del pensamiento espiritual de los mayas y antiguos egipcios. Ellos quisieron preservar a las siguientes generaciones del aniquilamiento total, de la pérdida total de sus conocimientos a causa del cortocircuito del magnetismo solar y su enorme tormenta, que provocará a su vez la inversión del campo magnético del Sol.

     

    Su obsesión por entregar intacta esa información sobrevivió a lo largo de milenios, pero, por último, su pasmoso conocimiento acerca del corrimiento de los polos acabó por perderse, debido en particular a las guerras. Sin embargo, como nos dejaron muchos indicios claros es imposible continuar descartando su superioridad científica.

     

    Ambas civilizaciones conocieron la precesión y el ciclo de las manchas solares, y las consecuencias fatales de una enorme desviación del campo magnético del Sol.

     

    En sus códigos encontramos los mismos números: por ejemplo, el 72 y los de Venus, 576 y 584; si empleamos el período sinódico de Venus, conocido por los mayas, podemos confirmar la historia de la legendaria Atlántida. Llevando nuestro razonamiento un poco más allá, sobre la base de estos argumentos, podemos descifrar los calendarios mayas y el Códice Dresden.

     

    Estas codificaciones conforman una prueba innegable de que la ciencia de los mayas y de los egipcios deriva de una fuente común.  Hubo una vez un próspero país que, debido a un mayúsculo corrimiento de la corteza terrestre, ahora yace bajo el Polo Sur. Científicos expertos en astronomía, geometría y matemáticas fueron parte de él. Tras miles y miles de años de investigación, descubrieron una relación entre el campo magnético de la Tierra y el del Sol.

     

    ¿Estaremos a tiempo de extraer del Laberinto el conocimiento necesario?

     

    Doscientos ocho años antes de la fecha fatídica, impulsaron a sus compatriotas para que se prepararan para iniciar el éxodo y los gobernantes de aquella época iniciaron un programa puntilloso para asegurar el escape; cientos de miles de indestructibles mandjits fueron construidos. A pesar de la incredulidad de mucha gente, el desastre fatal tuvo lugar en el día predicho tantos años antes. En el caos subsiguiente, murió gran parte de la humanidad. Sin embargo, miles de personas escaparon de la muerte y recomenzaron su culto de sabiduría en diferentes partes del mundo.

     

    Gracias a ellos, hoy sabemos lo que nos aguarda.
     


    Movilización o extinción total
    Alrededor de unos 12.000 años después de la movilización precedente, ahora nos corresponde a nosotros. No existe nada más importante o urgente que esta tarea. Necesitamos informar a la humanidad con la mayor rapidez posible que el "fin" a menudo profetizado, realmente se encuentra muy cerca. Es preciso hacer una enorme cantidad de preparativos, acompañados de numerosos sacrificios.  
    No somos importantes individualmente, sino que lo que interesa es la existencia continuada de la humanidad. Por lo tanto, debemos cerrar las plantas de energía nuclear en el momento en que llegue la fecha fatídica. La supervivencia será imposible si eso no sucede: moriremos como consecuencia ele un holocausto nuclear. Todos deberíamos saberlo, pero eso no es todo.

     

    Desde 1915, la fenecida Unión Sovietica y su residual actual Rusia ha producido una enorme cantidad de armas químicas, dos tercios de las cuales contienen gases nerviosos. Es la concentración más importante del mundo y. de acuerdo con los químicos, ¡este arsenal sería capaz de matar casi 200.000 veces a la población mundial! Aquí no están incluidas las armas químicas acumuladas en otros países. Si estos stocks no se destruyen a tiempo, ¡serán liberados de golpe en 2012!  por la gran tormenta solar esperada para ese momento de tiempo.

     

     

    El misterio de la muerte y la posibilidad de la vida eterna fascinaron al mundo antiguo. Con ellos se relacionaba una ciencia de la inmortalidad. Así se desarrolló de manera completa una teoría exhaustiva que se basó en gran medida en cuestiones fundamentales acerca de la vida y de la muerte.

     

    Ésta es una ilustración maya muy bien conocida,

    que describe el corrimiento previo de los polos.

    Podemos ver una pirámide que se desploma y un volcán que lanza lava,

    mientras el suelo se hunde.

    Muchos escaparon, tal como lo demuestra la figura en el barco.

     

    En la actualidad, sólo de cuando en cuando conocemos gente que cree en un orden interior fundamentado en las revelaciones espirituales de las grandes religiones del pasado. Los egipcios derivaron su fuerza y capacidad operativa de su fe en Ptah (el Enki sumerio, en Roma conocido como Neptuno); para ellos, era un sistema útil de creencias porque les proporcionaba objetivos y reglas con los cuales podían construir intensas experiencias. La vida consistía en un servicio y todas las actividades estaban centradas en la vida que les aguardaba después de la muerte. Este sistema eficiente regía la totalidad de su existencia, le daba un propósito y los preservaba de las ideas confusas.

     

    El conocimiento científico del ser humano y del universo les reveló la relación entre la humanidad y su destino; a través de su comprensión, tuvieron una visión superior de los orígenes de los mecanismos de control social, sus sentimientos, esperanzas y temores. Este sistema de creencias los impulsó hacia objetivos significativos de los cuales obtuvieron su fortaleza.

     

    Conocieron las respuestas a preguntas como:

    "¿Qué es el bien y qué es el mal?"

    "¿Por qué vivimos?"

    "¿Qué poderes rigen nuestras vidas?"

    "¿Por qué existen ciclos en la naturaleza que anulan nuestras vidas?"

    Y las expresaron en su cultura mediante sus mitos y construcciones. Nos corresponde a nosotros recuperar este conocimiento perdido hace mucho tiempo. Entonces, igual que ellos, podremos reconciliarnos con nuestro medio y con el significado de la vida. Este credo, cimentado en los ciclos catastróficos, reconoce las leyes de la naturaleza e impulsa nuestra energía espiritual hacia objetivos significativos porque se basa en una ciencia del hombre, del universo y del esperado "final".

     

    Se desarrolla como si fuera una interpretación integral de todo conocimiento anterior relativo a la humanidad y a su ineludible destino. Es inútil conectar nuestros sueños y deseos con la naturaleza sin tener en mente sus leyes. Cuando reconozcamos los límites de nuestra civilización y su final inevitable, y aceptemos una vez más nuestro humilde lugar en el universo, podremos empezar a sentirnos como el hijo o la hija pródiga que por fin regresa a casa, después de errar durante años.

     

    Si la humanidad reconcilia su objetivo con estos valores y experiencias, el problema de la vida se resolverá.

     


    ¿Un panorama idéntico?
    Los últimos años de Aha-Men-Ptah , la que lllamo Platon  ATLANTIDA habían transcurrido en medio del caos, a causa de la guerra civil. Antes de su estallido, la importación y la exportación ya se habían paralizado, porque toda la atención se había volcado en la tarea de construir mandjits, naves que no se hundían y que debían asegurar su supervivencia. Suele decirse que la historia se repite y, en verdad, hay alarmantes paralelos con nuestra situación actual.

     

    En su libro The Path of the Pole [La senda del Polo], el profesor Charles Hapgood escribe: Todo investigador serio debe conseguir un gran mapa moderno de la Antártida, ya sea el que produjo National Geographic Society o el que preparó American Geographic Society, que es más elaborado y más moderno. En ese gran mapa debe seguir la costa, comparándola con el mapa de Oronteus Finaeus .... Estoy seguro de que llegará a la conclusión de que la concordancia entre los mapas antiguos y modernos está completamente más allá de toda probabilidad de coincidencia. Como un comentario final sobre esta extraordinaria evidencia, diré que aunque está comprobado que este mapa ya existía en 1531, no hubiera sido posible dibujar uno con semejante precisión en los tiempos modernos, hasta la invención del cronógrafo en el reino de Jorge III, alrededor del año 1780. Este instrumento primero hizo posible la determinación exacta de la longitud. Conclusión: el mapa es una evidencia de una adelantada civilización perdida.


    Con este conocimiento y gracias a los Mandjits, los atlantes pudieron escapar al cataclismo; a ellos les deben sus vidas. Por eso el éxodo a través del mar seguía repercutiendo miles de años más tarde. A causa de esto, mucho después se construyeron enormes barcos de piedra y con las mismas exactas proporciones; algunos fueron descubiertos en Abusir y Saqqara, en el camino a Giza, con sus proas apuntando hacia el Oeste.

     Oronteus Finaeus, mapa de la Antártida, Oronteus Finaeus de la Antártida

    Los mapas que podemos admirar en varias bibliotecas del mundo revelan que los antiguos se manejaron con una cronología exacta. El mapa de Mercator, de 1569, proporciona un fiel retrato del aspecto que debían haber tenido las costas de la Antártica sin hielo.  ¡Mercator debió haber fundamentado este mapa en documentos mucho más antiguos, anteriores al precedente corrimiento de los polos!

    Esto significa que ese conocimiento heredado tal vez tenga unos 12.000 años. No podía crearse un mapa así sin una cronología estricta y un reloj relativamente exacto. La técnica requerida se apoya en el conocimiento de los meridianos.


    En la historia moderna, sólo en el siglo XVIII ocurrió un avance decisivo, que fue la invención de un reloj que continuaba funcionando a pesar del movimiento del mar, el agua salada, calor y frío extremos, etc. 
    Tras dos meses, al parecer, el cronómetro fabricado por el relojero inglés John Harrison atrasaba sólo cinco segundos; con él se podía determinar de forma adecuada el grado de longitud. El capitán Cook lo usó durante su segundo viaje e hizo un mapa del Océano Pacífico con una fidelidad impresionante.  Los mapas de Cook con sus grados de longitud exactos pueden considerarse joyas de la cartografía moderna.

    Merced a sus estrictas mediciones del tiempo, los atlantes navegaron por el océano.

    La Atlántida aparece en el centro de este mapa.

    Ella representaba, por decirlo así, "el ombligo" de la Tierra hacen mas de 15000 años .
     

    Demuestran que es necesario no sólo ser un buen matemático para dibujar las coordenadas en escala, sino también contar con un empleo de un cronómetro de alto nivel. Esto, por supuesto, requiere una petición de principio: ¿dónde encontraron los científicos, hace miles de años, su conocimiento acerca de la Tierra? ..... Si aplicamos un razonamiento lógico, debemos aceptar la siguiente respuesta: fueron exploradores muy desarrollados, matemáticos brillantes y disponían de cronómetros de alta calidad. De otra manera es imposible explicar la forma en que estos mapas tan antiguos representan los grados de longitud y latitud con moderna escrupulosidad.

     

    Habrá que modificar series enteras de libros; la historia de las matemáticas, así como la de la astronomía, se verán bajo una luz completamente diferente.

    1. Una civilización muy desarrollada -que gobernó la Tierra hace mucho tiempo- fue capaz de hacer cálculos muy extensos de las órbitas planetarias, no sólo de la Tierra, sino también de Venus y de otros planetas. Aunque era imposible verlo desde la Tierra, también pudieron obtener un valor exacto para la velocidad del campo polar del Sol.
       

    2. Su perfección superaba a la nuestra, pues el error que cometieron, en la práctica apenas existe. Y ello no sólo es fascinante, sino también alarmante. Debido a que pudieron contar tan bien, llegaron a determinar la posición de la Tierra alrededor del Sol en un lugar, con miles de años de anticipación. Sus cómputos fueron tan justos que, 12,000 años antes, pudieron predecir un acontecimiento solar o planetario considerando casi hasta los segundos.
       

    3. Convirtieron todo en códigos y en números sagrados, razón por la cual los actuales investigadores todavía permanecen en la ignorancia. Para determinar la órbita de la Tierra alrededor del Sol., ¡usaron tres números de aproximación! Esto produce desconcierto, y no es difícil ver cómo desorientaron a los científicos, quienes describen la astronomía Maya como "avanzada" cuando, en realidad, debería haber sido evaluada como "superbrillante". Es infinitamente más difícil escribir un complicado programa que emplea números aproximados que encontrar los números reales. ¡Y el descubrimiento de los números reales es en sí mismo una proeza extraordinariamente osada!
       

    4. Los mayas, los egipcios y los atlantes conocieron el número 0 y usaron cifras decimales exactas. Ni los griegos ni los romanos alcanzaron estos logros. En el siglo VII de nuestra era, los árabes descubrieron el 0 gracias a una obra de astronomía de Indonesia y lo introdujeron en España recién en el siglo XII. Pasarían más de dos siglos antes de que toda Europa pudiera usarlos. Esto hace que el conocimiento de los mayas, los antiguos egipcios y los atlantes sea aún más impresionante.
       

    5. Lo más sorprendente de todo es que, cuando observamos los cálculos "sagrados" de los mayas y de los antiguos egipcios, descubrimos de inmediato que ¡estaban basados en la escala denaria que hoy conocemos! Las similitudes emanan de la manera actual de sumar, restar, dividir y multiplicar. Esto significa que nuestro actual sistema es herencia de los atlantes, y que nos ha sido transmitido por los sobrevivientes. De ahí que la lista ele legados de la Atlántida se haga muy larga.

       

      Además de la cronología (segundos, minutos y horas), los atlantes nos dieron la astronomía, los 360 grados del círculo, el volumen de la pirámide, el ciclo de las manchas solares, la arquitectura, el arte de escribir y. ahora, la escala denaria. Es todo un logro para una civilización completamente olvidada.
       

    6. Los mayas y los antiguos egipcios se percataron de que su ciclo de las manchas solares era una aproximación grosera. Conocieron las cifras exactas, pero sólo se permitió que las emplearan los iniciados. Con ellas calcularon el momento de la violenta inversión del magnetismo solar.

    Ahí ora nos resta a nosotros resolver este enigma lo más pronto posible, pues sólo así el mundo se convencerá de la hecatombe que se aproxima.


    Después del excesivo intercambio que hubo en el siglo XX y en los comienzos del XXI, el mundo se encuentra en los últimos años antes del "final" con una recesión económica. A pesar de las dificultades económicas de estos tiempos, y con un poco de suerte y perseverancia, se había logrado sacar a la superficie el Laberinto, con su "Círculo de Oro".  Por ello, los descubrimientos de los primitivos cultos de sabiduría aparecieron en la tapa de los diarios de todo el mundo. La gente miraba con gran incredulidad los 36 jeroglíficos con los cálculos de la fecha de la catástrofe precedente, y también la fecha de la próxima: 2012. Para una gran parte de la humanidad no se trataba de algo inesperado, pero tuvo un efecto catastrófico sobre las masas del mundo. El temor al próximo corrimiento de los polos petrificó el pensamiento y la acción de muchos.

    Poco después, la economía mundial se desmoronó. Los precios de los productos llegaron a su punto más bajo y luego se hundieron más; poco antes de la catástrofe, la recesión económica se transformó en una depresión sin igual Ni los políticos ni los economistas fueron capaces de mejorar las cosas. Muchas ramas de la economía, como por ejemplo la construcción, simplemente se derrumbaron. "¿Para qué construir? -se preguntaron algunos-, nuestro mundo no tiene futuro".  Otros, que en años previos habían planificado tener hijos, decidieron posponer la decisión de manera indefinida.

    • la producción de mercaderías disminuyó en forma alarmante

    • los continentes fueron asolados con hambre y disturbios

    • la cantidad de suicidios y asesinatos aumentó

    • los valores permanecieron en un punto bajo, mucho más bajo que sus históricas alzas

    FUTURO COMO CRONICA DEL PASADO....

    Sin embargo, había una luz brillante en el ámbito de la inversión de divisas. En las antiguas civilizaciones, el oro y los diamantes siempre habían demostrado su valor. Todo el mundo se dio cuenta de que, después de la inversión de la polaridad del planeta, el dinero sería inútil y por eso se arrojaron en masa sobre el oro y los diamantes y produjeron un agudo incentivo en los precios de estos bienes. En un mundo donde no había más esperanza, éste fue uno de los pocos objetivos que quedaron para ocupar las mentes emprendedoras de las personas. En cuanto al resto, imperaban la anomia y la anarquía.


    Mientras tanto, las protestas en contra de las plantas de energía nuclear, las fábricas de productos químicos y las instalaciones de petróleo alcanzaron el clímax.  
    Un raudal de gente eleva su voz contra los lugares que transformarían la Tierra en un holocausto nuclear y en un basurero químico. Varias plantas y fábricas ya habían cerrado debido al derrumbe de las economías. Y, a pesar de ello, gran cantidad todavía seguía funcionando, demasiadas para mantener el mundo a salvo de Armagedón. Por último, después de enormes presiones, antes de la fecha catastrófica, éstas también se cerraron.


    Durante un par de días, millones de personas fueron arrojadas a la Edad de Piedra, pero de una cosa estaban seguras: el mundo seguiría existiendo. Tal vez sin ellos, pero estaban resignados a esto. Para ellos, la profecía de un "final total" era inaceptable. 



    Sólo el futuro demostrará lo que esta corriente de pensamiento puede generar: sólo unos pocos creen en esto e intentarán sobrevivir, mientras que el resto de la población del mundo morirá durante los apocalípticos acontecimientos. De todas maneras, procuraré ayudar para que la humanidad continúe existiendo.

     

    Incluso con un pequeño grupo de gente decidida, que posea el conocimiento primario de la mayor cantidad posible de ciencias, debe ser factible. Tras la catástrofe, la vida será terriblemente difícil. No habrá electricidad y, si se tuviera la capacidad de reponerla, no será de mucha utilidad porque la electrónica y los motores eléctricos estarán destruidos después de la inversión del campo magnético. Esto significa que debemos comenzar otra vez desde cero. Eso es lo que nos espera. Por lo tanto, necesitamos estar muy motivados y sólo unos pocos serán los adecuados.

     

    Sobrevivir tiene poca utilidad cuando no se puede lidiar con la vida después de la catástrofe. Pasarán decenas, cientos de años antes de que podamos llevar una existencia algo confortable. Por lo tanto, no será así para nosotros, pero, finalmente, así resultará para nuestros descendientes. Sólo quienes lo comprendan adecuadamente pueden hacer el intente.


    Ni se imagina cuan malo y difícil será. Incluso en la peor guerra somos capaces de encontrar agua y alimentos si somos un poco hábiles, pero después de la catástrofe será mucho más complicado que eso.

     

    El basurero químico será inimaginable; el holocausto nuclear, aterrorizante. Miles de millones de litros de petróleo no sólo harán que el mundo sea inhabitable, sino que cubrirán enormes partes de la tierra con su suciedad. Los alimentos y las reservas de agua de todo el mundo serán destruidas, tal vez durante muchos años, y producirán hambrunas y numerosas enfermedades.

     


    En la obra The Sibylline Grades [Los oráculos sibilinos] puede leerse lo siguiente:

    "Y todo el firmamento caerá sobre la divina Tierra y sobre el mar, y entonces habrá un infinito mar de llamas coléricas, y suelo y mar se incendiarán, y el firmamento celeste y las estrellas y la propia creación serán vertidas en una masa derretida y luego se disolverán por completo. Después, no existirán los centelleantes ojos de la luz celestial, ni noche, ni día; ni preocupaciones cotidianas; ni primavera, ni verano, ni invierno, ni otoño".

    Las catástrofes del pasado deberían servir de advertencia. Nada es para siempre.

     

    Los océanos y partes de la tierra existen sólo en forma temporaria, pues en un ciclo de eterno retorno se destruyen. En un día, la humanidad conocerá su fin e irrumpirá bruscamente en el abismo. En unas pocas horas, grandes naciones, bellos edificios y culturas altamente desarrolladas vacilarán y se derrumbarán por completo.

     



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